sábado, 7 de agosto de 2010

Los ríos


La ciencia geológica nos explica cómo se alzaron lentamente, entre violentísimas sacudidas y titánicas convulsiones, las cordilleras de montañas del fondo del océano, cómo siguió luego una época de descanso –y bien lo había menester la madre tierra- en que el agua, el agua lenta y terca, el agua persistente, el agua que no descansa, hacía su obra completando la del fuego. Por que si el fuego fue quien trazó las líneas generales de la tierra, quien desbastó su fábrica general fue el agua, la que modeló sus contornos y diseñó su relieve.
El agua de la atmósfera cae en los continentes, fluye hacia los océanos y de ellos regresa a la atmósfera. Los ríos forman parte de la circulación general del agua; los doscientos billones de metros cúbicos de agua que contienen ríos y lagos son una cantidad muy pequeña si se la compara con el agua que hay en los océanos, glaciares y aguas subterráneas: apenas dos centésimas porcentuales del total; pero su importancia geológica no guarda relación con el minúsculo porcentaje, porque los ríos tienen una gran capacidad para modificar la superficie terrestre; concretamente, en las regiones templadas son el principal agente formador del paisaje.
Treinta y siete billones de metros cúbicos anuales de agua descienden desde las cabeceras montañosas de todo el mundo hasta el mar; parte de su energía se invierte en la erosión del terreno y en el transporte de los materiales arrancados a su paso, que terminan por depositarse en las cuencas oceánicas. En el curso alto, los ríos, arroyos y torrentes excavan su cauce, lo profundizan y terminan encajándose en las rocas; un proceso que crea laderas de fuertes pendientes y valles que acaban adquiriendo forma de V. En el curso medio y bajo, el río erosiona o sedimenta alternativamente sus propios depósitos, creando una extensa y fértil llanura de inundación por donde discurre la corriente. En los grandes ríos los materiales finos se depositan en la desembocadura, y forman extensos y fértiles deltas, por donde, lentamente, el agua dulce alcanza el mar. ¿El lector se imagina el paisaje inmutable? Yerra, los deltas se están hundiendo. En 2009, James Syvitski demostró que veinticuatro deltas, entre los que se encuentran el del Nilo, Ródano y Yangtzé, de los treinta y tres estudiados sufrieron inundaciones. ¿La causa? La construcción de presas y el desvío de los cauces. Ya no podemos alegar ignorancia, los grandes deltas son regiones densamente pobladas, muy cultivadas… y no permanentes. Si no los cuidamos desaparecerán.

1 comentario:

C. Armesto dijo...

Estimado amigo

El río más largo del mundo es el Amazonas, le sigue el Nilo.

Saludos de
Epi