sábado, 27 de enero de 2024

Aceite de oliva


El aceite de oliva aporta el dos por ciento del consumo mundial de aceites vegetales (año 2018); los aceites de palma, soja, colza, girasol y palmiste (aceite de la semilla -no del fruto- de palma) abarcan el noventa y uno por ciento, el siete por ciento restante agrupa a los demás.
Dos aceites muy diferentes tienen la denominación aceite de oliva. Por un lado está el aceite de oliva virgen (o virgen extra), o sea, el zumo que se obtiene al centrifugar (o prensar) las aceitunas. Por otro lado está el aceite de oliva, compuesto por aceite de oliva refinado. Y el refinado se hace en las refinerías de aceite con el zumo defectuoso de las aceitunas (aceite de oliva lampante) y con el orujo (residuo) que producen las almazaras donde se centrifugan (o prensan) las aceitunas; refinado que consiste en la transformación de tales subproductos en aceite comestible mediante la adición de compuestos, como el ácido cítrico, ácido fosfórico, hidróxido sódico…, acompañados de calentamiento, destilación y, en algunos casos, hidrogenación, similar a la empleada en la fabricación de margarina, para que el aceite sea más denso, incluso sólido. Como es lógico, durante el proceso se eliminan las beneficiosas sustancias antioxidantes y antiinflamatorias de las aceitunas. 
El zumo de las aceitunas, o sea, el aceite de oliva virgen (o virgen extra) tiene más saludables polifenoles antioxidantes que cualquier otro aceite vegetal. Mencionaré algunos de ellos. El hidroxitirosol (DOPET), responsable del sabor amargo, es uno de los antioxidantes naturales más potentes. La oleuropeína, potente antioxidante que contribuye al sabor amargo, en animales reduce la presión arterial y dilata las arterias coronarias; in vitro inhibe la oxidación del colesterol; existen indicios que fortalece el sistema inmunológico y minimiza la fibrosis pulmonar. El tirosol, si bien su poder antioxidante es menor que los otros, se presenta en cantidades mayores. El oleocantal, responsable del sabor ligeramente picante, es antioxidante y su efecto antiinflamatorio se asemeja al ibuprofeno; a su acción puede deberse la baja incidencia de padecimientos cardiacos asociada a la dieta de los habitantes de la cuenca del Mediterráneo; el oleocantal mata las células cancerosas sin dañar las células sanas: porque desestabiliza las membranas de los lisosomas de las células tumorales, lo que provoca su necrosis y no afecta a las otras células, porque la membrana de sus lisosomas es estable. 
En resumen, al sorprendido escritor le agrada conocer las bondades del aceite de oliva virgen.

sábado, 20 de enero de 2024

Partículas en la atmósfera


El aire contiene abundantes moléculas de nitrógeno y oxígeno; en mucho menor cantidad moléculas de argón y agua; también existen otros componentes cuya cantidad es tan pequeña que se mide en partes por millón: óxidos de nitrógeno, óxidos de azufre, óxidos de carbono, metano, ozono y compuestos orgánicos volátiles (COV). Además de moléculas, en la atmósfera hay partículas sólidas o gotitas líquidas dispersas, dicho con otras palabras, partículas en suspensión que flotan en el aire; aclaremos que también se tiende a englobar bajo esta denominación a las partículas sedimentables. Los químicos las llaman aerosoles cuando su tamaño está comprendido entre una centésima de millonésima de metro y cien millonésimas de metro. Nos interesa su estudio porque algunas perjudican la salud, y otras, o las mismas, alteran las propiedades de la atmósfera que afectan al clima ¿De dónde proceden las partículas atmosféricas? Tanto de fuentes naturales -una erupción volcánica- como de actividades antrópicas -la quema de leña o de combustibles fósiles-.
No está regulada en España, sí en otros países, la cantidad de partículas en suspensión totales (PST), que se refieren a las menores de cien micrómetros; tampoco la cantidad de las menores de un micrómetro; sí, en cambio, las menores de dos y medio (PM2.5) y las menores de diez (PM10). Las agencias nacionales, e internacionales, las clasifican en gruesas y finas, atendiendo a su tamaño, de dos y medio micrómetros (si bien algunas prefieren poner la frontera en diez). El polen de las plantas y la mayor parte de las cenizas volcánicas contienen partículas gruesas, no así el humo procedente de la combustión incompleta de los combustibles orgánicos, sean carbón, gasolina, gas natural o leña, que genera partículas de hollín (compuestas casi exclusivamente por carbono). Habitualmente no se producen de la misma manera: mientras que las grandes proceden de la rotura de otras mayores, las finas provienen de la unión entre moléculas. Las partículas gruesas tienden a sedimentarse -o sea, a posarse en el suelo- más bien pronto que tarde, no así las finas, nocivas para la salud pues penetran en los alveolos pulmonares e impiden su oxigenación. A nadie debe extrañar, por tanto, que, en el Journal Environmental Research del año 2021, pudo leerse que las partículas atmosféricas causan uno de cada cinco óbitos prematuros en todo el mundo. No es menos peligroso para la humanidad que las partículas afecten al balance de la radiación solar que está alterando el clima terrestre. 

sábado, 13 de enero de 2024

Legal no significa sano


En la escala de las medicinas más vendidas en España, cuatro analgésicos ocupan el primer lugar, en el quinto se halla la hormona tiroidea: más de dos millones y medio de españoles padecen hipotiroidismo subclínico. Muchos sanitarios atribuyen el fenómeno a la autoinmunidad, sin identificar la causa concreta, los menos, entre los que se encuentra el doctor Nicolás Olea, uno de los mayores expertos en el mundo en disruptores endocrinos, argumentan que los compuestos tóxicos que se hallan en el ambiente son quienes afectan al tiroides. “Es una hipótesis factible que encaja en las fechas: el incremento de enfermedades tiroideas coincide con el aumento a la exposición a contaminantes bromados”. De las más de cien mil sustancias sintéticas que fabricamos los humanos, dos mil por lo menos interfieren con nuestras hormonas. ¿Cómo es posible que usemos tantas sustancias dañinas? 
El confiado lector tal vez se fíe de las autoridades sanitarias: olvida que el mayor agente causante de cáncer de pulmón, el tabaco, se despacha legalmente en los estancos. ¡Legal no significa inocuo! Fijémonos en el agua embotellada. En el año 2021 se produjeron unas seiscientas mil millones de botellas y envases de plástico PET (polietileno tereftalato, un poliéster); recipientes que producirán unos veinticinco millones de toneladas de residuos. Con el PET se hacen bandejas alimentarias, fiambreras, vasos y botellas, de éstas una de cada tres se usará para agua embotellada y ocho o nueve de cada diez botellas de agua acabarán en vertederos o como residuos incontrolados. Prescindamos del aumento de basura y preguntémonos si es más saludable el agua embotellada que el agua del grifo. ¿Qué dice el experto doctor Olea? No. ¿Las sustancias que contiene el plástico pasan al agua? Sí. ¿Esa minúscula cantidad de sustancias disueltas en el agua interfiere con la acción de las hormonas? Sí. El humilde escritor aclara que, aun estando de cuerdo con el sabio profesor en las regiones del primer mundo, en muchos otros lugares el agua del grifo es insana. Debo añadir que cada minuto se venden en el mundo más de un millón de botellas de agua; se sobrepasa el cuarto de billón de dólares anuales y el sector económico espera llegar al medio billón en el año 2030. Por otro lado, un informe de la ONU advierte que la utilización del agua embotellada impide encontrar soluciones al problema del suministro de agua potable segura a toda la población mundial.

sábado, 6 de enero de 2024

¿Los agujeros negros contienen la energía oscura?


¿Qué contiene el universo? Es una pregunta que todo profesional o aficionado a la astronomía se ha hecho alguna vez. Los planetas, las estrellas y todos los objetos visibles componen el cinco por ciento de todo lo que hay; la materia oscura -ignoramos qué es- proporciona el veintisiete por ciento; el sesenta y ocho por ciento restante corresponde a la energía oscura, tan oscura como el conocimiento que tenemos de ella. En el año 2023, un grupo de astrónomos encabezado por Duncan Farrah afirma haber encontrado evidencias de que los agujeros negros son la fuente de la energía oscura. 
Una de cada cinco galaxias que observan los astrónomos son elípticas. Las galaxias elípticas, las más grandes -tienen billones de estrellas- y más comunes que se ven por los telescopios, contienen estrellas viejas, poco polvo y gas. Se formaron muy pronto, en los albores del universo; probablemente debido a las colisiones entre galaxias; se deduce de todo ello que su supermasivo agujero negro central se encuentra inactivo pues apenas dispone de alimento -materia- en sus cercanías. Si la masa del agujero negro central hubiese cambiado a lo largo del tiempo se podría argumentar que se debe a algún proceso desconocido. Los investigadores se propusieron observar galaxias elípticas y determinar el cambio de la masa de sus agujeros negros centrales durante los últimos nueve mil millones de años; hallaron que, cuanto más atrás en el tiempo observaban, menor era la masa de su agujero negro central; y los cambios eran grandes: entre siete y veinte veces mayores hoy que en aquella lejana época. ¿Cuál sería su causa? 
Algunos modelos de agujeros negros predicen que su masa aumenta con la expansión del universo, con independencia que absorban o no materia de su entorno. Duncan Farrah y sus colegas encontraron que el crecimiento de la masa de los agujeros negros centrales en las galaxias elípticas se acopla con la expansión cósmica. Los investigadores argumentan entonces que los agujeros negros no sólo encierran energía del vacío, sino también que la cantidad de energía del vacío que contienen los agujeros negros producidos cuando murieron las primeras estrellas del universo coincide con la cantidad de energía oscura cósmica. Concluyen que los agujeros negros constituyen la energía oscura.
El mérito de la hipótesis consiste en que, por primera vez, se aportan datos observables para justificar la fuente de energía oscura sin añadir algo al universo.