sábado, 27 de octubre de 2018

Migraciones de murciélagos


Los esquimales han visto la migración de los caribúes americanos, igual que los bantúes la de los ñus africanos. Una de cada tres especies de aves europeas y la mitad de las especies de aves norteamericanas migran, recorren largas distancias –el charrán ártico protagoniza la migración más larga: setenta y un mil interminables kilómetros-para huir del frío o de la sequía y evitar la falta de alimentos; a diferencia de ellas sólo unos pocos mamíferos las imitan, y entre el único grupo de mamíferos voladores que existe, solo una treintena de especies de murciélagos migran, algunos superando los mil kilómetros anuales de desplazamiento, para encontrar refugios donde hibernar. El naturalista lector probablemente las desconozca por dos razones: los murciélagos vuelan exclusivamente de noche y se refugian en lugares recónditos. La migración de unos murciélagos africanos, la más numerosa entre los mamíferos, quizá sea la más vistosa: ochos millones de individuos vuelan del Congo al Kasanka National Park en el norte de Zambia para comer la fruta del musuku. El vuelo de estos animales proporciona, al visitante que se acerque a la región para contemplarla, un espectáculo inolvidable.
Cierto, una especie de murciélagos, el vampiro común, tiene dientes filosos que le sirven para hacer cortes nítidos y anticoagulantes en la saliva, para que el fluido brote de la herida con facilidad, y poder alimentarse con la sangre. No se deje influenciar por sus miedos el temeroso lector, los humanos debemos proporcionar la mayor protección posible a los más de mil murciélagos diferentes que existen en nuestro planeta, desde el diminuto murciélago abejorro -que pesa gramo y medio- hasta el zorro volador -que alcanza el kilo y cuarto-, por una razón contundente: la mayor parte son insectívoros. Los datos lo demuestran: los murciélagos que habitan en las áreas urbanas llegan a consumir catorce toneladas de insectos en una sola noche. Añadiré –para acrecentar la simpatía hacia estos animalitos- que los murciélagos pueden volar embriagados. Los científicos midieron su tasa de alcohol en sangre tras consumir frutas fermentadas; la prueba de alcoholemia mostraba un valor superior al cero coma tres por ciento (los humanos tendrían prohibida la conducción de vehículos), sin embargo, estos mamíferos volaban con la misma destreza: lo que demuestra su tolerancia al alcohol. El escritor, aunque no toma habitualmente bebidas alcohólicas, se pregunta ¿no sería interesante averiguar cómo lo hacen?

sábado, 20 de octubre de 2018

Orión y sus vecinos


La observación del cielo es uno de los entretenimientos más nobles que puede tener una persona. Entre los meses de noviembre y febrero, puede localizarse fácilmente a Orión, el cazador, una de las joyas más hermosas del firmamento. La constelación está formada por dos estrellas brillantes de primera magnitud, Betelgeuse y Rigel, y otras cinco fáciles de ubicar; en medio del rectángulo brillan las tres Marías, Mintaka, Alnilam y Alnitak, que constituyen el cinturón de Orión; tienen color azul, son muy jóvenes y están situadas a la misma distancia: su luz tarda mil trescientos años en llegar a la Tierra.
El vértice superior izquierdo del rectángulo está ocupado por Betelgeuse, la estrella más brillante de la constelación; es una gigante roja que tiene veinte veces la masa del Sol, y se halla en las etapas finales de su vida. Sabemos que una estrella que ha agotado el hidrógeno, su combustible, tarda unos ciento treinta mil años en estallar como supernova; y estimamos que Betelgeuse se halla en esa fase; cuando acabe su vida se convertirá en el objeto más brillante del cielo después del Sol. Pero la imagen que percibimos de cualquier estrella procede del pasado: eso quiere decir que, si explota ahora, tardaremos seiscientos cincuenta años en ver el estallido. Sería una lotería que Betelgeuse se convirtiese hoy en supernova, aunque… quizá. Nuestros descendientes lo sabrán.
Además de reflexionar sobre un majestuoso óbito estelar, Orión nos ayuda a localizar otras estrellas del firmamento. Si continuamos la línea recta que forman las tres estrellas del cinturón, hacia la derecha encontramos una estrella gigante naranja, se trata de Aldebarán, en la constelación del Toro; y si continuásemos la línea llegaríamos a un cúmulo de estrellas jóvenes y azules, las Pléyades (las siete hermanas). Pero si elegimos la izquierda para seguir la recta formada por Mintaka, Alnilam y Alnitak hallaremos Sirio, en la constelación del perro, la estrella más brillante del cielo. Para los egipcios del período faraónico, la salida en el horizonte de Sirio antes del amanecer (en septiembre) indicaba la entrada del año y el comienzo de la inundación del Nilo. Además de su interés histórico, Sirio también incumbe a los astrónomos pues es una estrella binaria; tal calificativo significa que no se trata de una estrella sino de dos, una normal y una enana blanca; pues muchas estrellas, igual que las personas, prefieren vivir acompañadas antes que solitarias. ¡Qué la vamos a hacer!

sábado, 13 de octubre de 2018

Palisandros, árboles olvidados


La ignorancia que tenemos los españoles de nuestra historia alcanza cotas alarmantes. Soy aficionado a leer esos raros libros donde se recuerdan a héroes olvidados, compatriotas nuestros, en circunstancias excepcionales: Pedro Menéndez de Avilés, fundador de San Agustín, la primera ciudad de Estados Unidos, en 1565; Blas de Lezo quien derrotó en Cartagena de Indias a una de las mayores flotas (ciento ochenta y seis buques ingleses) que ha existido antes del desembarco de Normandía, en 1741; Ruy González de Clavijo, embajador en la corte mongola de Tamerlán, en 1403; Blas de Ruiz, gobernador de Camboya, en 1596; Manuel Iradier, émulo de Henry Stanley, y explorador del golfo de Guinea a finales del siglo XIX; la último evocación es para Pedro Páez, quien descubrió, en 1618, las fuentes del Nilo azul, que aporta el ochenta por ciento del caudal de agua al río de los faraones.
          Me referiré ahora a los también olvidados palisandros. El comercio ilegal de madera constituye un negocio de decenas de miles de millones de dólares. La Convención sobre el Comercio Internacional de Flora y Fauna (CITES) ha acordado regular el comercio de varias especies árbol (entre ellas varias especies de palisandro) para reducir su tala ilegal. Los palisandros, árboles del género botánico Dalbergia que abarcan a treinta y tres especies comerciales de maderas nobles, están siendo talados a un ritmo vertiginoso: más de una docena de especies corren grave peligro de desaparecer en un futuro próximo. Aunque gozan de protección en sus países de origen las medidas no han frenado el auge del comercio ilegal que, desgraciadamente, incluye el arrasamiento de árboles centenarios. El peligro es tal que las autoridades tailandesas confiscan, en promedio, un cargamento diario.
Con el término palisandro, seguido por el nombre del área geográfica de la que proceden, se comercializan varias especies de madera exótica, de características similares -tienen en común su dulce aroma floral-, procedentes de árboles de América Central, Sudamérica, sudeste Asia y África: palisandro de Brasil (jacarandá), palisandro cocobolo (madera de granadillo), palisandro de Madagascar, palisandro de Nicaragua, palisandro de Bahía, palisandro de Honduras, palisandro de Siam o palisandro de Vietnam. Una última aclaración: la palabra palisandro proviene del francés palissandre, que a su vez lo hace del español palosanto; por esta razón se han considerado, a menudo, sinónimos, aunque palosanto sea otro grupo de maderas, muy duras, usadas en muebles y pianos, también del género Dalbergia.

sábado, 6 de octubre de 2018

Inmunoterapia del cáncer



James Allison, Nobel de medicina en 2018, ha declarado que la población humana en el siglo XXI tiene hábitos de vida poco saludables; hábitos que provocan un aumento de cánceres en todo el mundo. El ilustre investigador ha recordado que abstenerse del tabaco, realizar ejercicio físico y evitar la obesidad impiden la aparición de cuatro de cada diez tumores.
Además de dar consejos sobre oncología más o menos útiles, James Allison, tiene otras ocupaciones: quiere saber cómo funcionan las células T del sistema inmunitario. Son como soldados, aclara, matan, pero tienen que matar las células correctas. Tenemos alrededor de cincuenta millones de células T diferentes -cada tipo dispone de un interruptor de activación distinto-, que transitan por el cuerpo ejerciendo una labor de protección. El insigne inmunólogo quiere saber cómo las células T detectan las células enfermas o extrañas -sean cánceres o infecciones-, y desea desentrañar cómo deciden eliminarlas o ignorarlas; y una vez averiguado ello, pretende darles órdenes.
Hemos comprobado que ciertas proteínas (CTLA-4/B7-1/B7-2 y PD-1/PD-L1), llamadas puntos de control inmunitario, que elaboran las células T y algunas células cancerosas, evitan que las células T destruyan las células cancerosas; en consecuencia, las moléculas inhibidoras de los puntos de control inmunitario impiden la acción de las células T. James Allison demostró que el bloqueo, con anticuerpos, de la molécula CTLA-4 (inhibidora de las células T) mejora la respuesta inmunitaria antitumoral y conduce al rechazo del tumor. El mecanismo por él descubierto: el bloqueo de las vías inhibitorias de las células T, como forma de desencadenar respuestas inmunitarias antitumorales, sentó las bases para el desarrollo de nuevos fármacos, etiquetados como terapias de control inmunológico. La investigación no constituyó un esfuerzo baldío, produjo beneficios clínicos: el trabajo pionero del doctor Allison ha conducido a la preparación del ipilimumab. El tratamiento con este anticuerpo monoclonal consigue que uno, de cada cuatro pacientes del melanoma con metástasis, sobreviva diez años. Los científicos probaron con el melanoma por dos razones: los enfermos vivían un máximo de once meses desde el diagnóstico; y, de todos los cánceres, era uno de los que tenía más genes alterados en las células. El doctor Allison ha reconocido que, a pesar de que la inmunoterapia aporta buenos resultados en el melanoma con metástasis, en el cáncer renal, en el de vejiga y en el de pulmón, todavía no ha demostrado su eficacia en otros cánceres. Ilusionados, esperamos con impaciencia la mejora de esta prometedora terapia.