El
evolucionismo y el darwinismo suelen usarse indistintamente... para confusión
del lego. Ningún científico duda que la vida terrestre ha evolucionado desde
una bacteria primitiva, que se diversificó y produjo nuevas especies. La teoría
de Darwin es evolucionista, pero no es un sinónimo del evolucionismo, porque la
aportación del sabio inglés ha consistido en proponer la selección natural como
mecanismo para explicar el cambio evolutivo. Aclarado el asunto, ya puedo
decir, sin que se me malinterprete, que los científicos critican la teoría de
Charles Darwin porque no explica satisfactoriamente algunos procesos
biológicos, y de las discrepancias no se colige una crítica al evolucionismo.
Para
los defensores del darwinismo, las mutaciones al azar, la lenta acumulación de
pequeñas mejoras adaptativas, constituye el único (o el primordial) mecanismo
que produce las variaciones biológicas sobre las que actúa la selección
natural. Lynn Margulis discrepa: mantiene que las principales innovaciones
biológicas de la historia de la Tierra tienen una causa no darwinista; la
simple acumulación de mutaciones aleatorias –agrega- no produce nuevas
especies. Postula un nuevo mecanismo evolutivo; según ella, la simbiosis sería
la fuente principal de novedad biológica. Dos (o más) organismos, que han
evolucionado por separado, se asocian en algún momento, su unión resulta
beneficiosa para ambos, y finalmente acaban siendo un único ser. El
comportamiento produce la simbiosis inicial, que se refuerza por vínculos
metabólicos, hasta que se produce una unión física permanente: finalmente se
fusionan los genomas. Los líquenes, una asociación entre alga y hongo que a
simple vista tomaríamos por un único individuo, nos proporcionan el ejemplo más
conocido.
Aunque
la teoría de Margulis no es aceptada por la mayoría de la comunidad científica,
sí ha tenido algunos éxitos. Su hipótesis sobre el origen de las células
animales (y vegetales) ha sido confirmada: tales células se formaron por
simbiosis, por la suma de tres (o más) genomas bacterianos. Y no es
descabellado pensar que la primera fusión celular, precursora de la
fecundación, pudiera deberse al canibalismo: un microorganismo se comió a otro
sin digerirlo.
Concluido
el discurso científico, no me resisto a opinar. Encuentro atractiva la teoría de
Margulis, entre otros motivos, porque coloca la cooperación entre organismos en
el centro del proceso evolutivo.
Querido
lector, no hace mucho tiempo, mientras tú y yo nos dedicábamos a nuestros
quehaceres, la profesora Lynn Margulis recorría las costas españolas tratando
de descubrir nuevos casos de simbiosis. Le deseo que haya disfrutado.
1 comentario:
Estimada amiga
La profesora Margulis ya murió: a finales del año 2011.
Saludos cordiales
Epi
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