sábado, 3 de diciembre de 2022

Histamina cerebral


Cuando una persona es alérgica a algo, al polvo quizá, el sistema inmune actúa -erróneamente- como si tal materia inocua fuese nociva. Se desencadena entonces una reacción que induce a algunas células a liberar histamina en la sangre, sustancia que provoca muchos de los síntomas habituales de las alergias, como los estornudos, las secreciones en la nariz o las lágrimas. Unas células del sistema inmune (los mastocitos y algunos leucocitos) fabrican la histamina; pero no son las únicas, también sintetizan esta ubicua molécula otras células, aparentemente, nada relacionadas con la inmunidad. Algunas células del aparato digestivo y ciertas neuronas del hipotálamo sintetizan histamina; a estas últimas me voy a referir. Las neuronas del hipotálamo productoras de histamina regulan el sueño; o dicho con otras palabras, participan en los circuitos neuronales que se encargan de la generación de la vigilia y de los dos estados de sueño, el sueño no REM y el sueño REM: la secuencia de estos tres estados constituye el ciclo vigilia-sueño. Se trata de neuronas que permanecen activas -secretan histamina- durante la vigilia, especialmente cuando la atención es alta, pero que permanecen inactivas durante el sueño. En conclusión, la molécula de histamina no sólo interviene en la inmunidad, sino también en la atención, clave para la adaptación a los cambios que detectamos en el ambiente y, por lo tanto, esencial para la supervivencia. 
La importancia del hipotálamo, y de sus neuronas productoras de histamina, en la regulación del ciclo del sueño y la vigilia se ha consolidado con el descubrimiento del papel que juegan, en los trastornos del sueño humanos o en los animales, dos sustancias bien distintas: las hipocretinas (también llamadas orexinas) y la adenosina cerebral. Se ha demostrado que las neuronas que excretan hipocretinas (se trata de dos moléculas distintas de polipéptidos) activan la vigilia y la atención porque estimulan las neuronas del hipotálamo productoras de histamina. En el caso de la adenosina, la molécula se acumula durante la vigilia como resultado del metabolismo neuronal, tal acopio se relaciona con la somnolencia, porque la adenosina inhibe a las neuronas productoras de histamina; en cambio durante el sueño disminuye la cantidad cerebral de adenosina. Deducimos de ello, y así se ha comprobado, que las moléculas antagonistas de la adenosina (cafeína, una de ellas) aumentan la atención y por consiguiente mantienen el estado de vigilia, mientras que las agonistas promueven el sueño. ¡Nuevos estimulantes y somníferos esperan ser descubiertos!

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