sábado, 29 de agosto de 2020

GRADE en Dietética


En todo lo concerniente a la alimentación abundan los mensajes erróneos, la publicidad encubierta, los mitos, el sensacionalismo científico y las recomendaciones de autoproclamados expertos. Sí, la mala ciencia y la pseudociencia abunda en dietética. Disponemos de mucha información sobre nutrición, pero ¿cómo identificamos la información fiable?
La calidad de la evidencia científica, también llamada confianza o certidumbre, nos indica el grado de certeza que tienen los resultados de los estudios científicos disponibles. En las ciencias de la salud se está imponiendo el GRADE como mejor sistema de graduación de la calidad de la evidencia: que se clasifica en alta o baja, según provenga de estudios experimentales u observacionales; posteriormente, según otras consideraciones, se añaden dos categorías más: moderada y muy baja. ¿Su significado? Alta (nuevos estudios apenas modificarán los resultados, las conclusiones actuales se aproximan a la realidad), moderada (es posible que nuevos estudios modifiquen los resultados actuales), baja (es posible que los resultados actuales sean distintos de la realidad) y muy baja (es probable los resultados actuales sean diferentes a la realidad).
Resulta difícil hacer estudios epidemiológicos sobre la influencia de la dieta sobre la salud; además, muchas de las investigaciones están patrocinadas por la industria alimentaria, por lo que existen conflictos de intereses. Por todo ello, el campo de la dietética está plagado de creencias, y las califico así porque no están respaldadas por evidencias, aunque tampoco existan pruebas en contra: la ciencia no puede pronunciarse de momento, bien porque la cuestión no ha sido investigada, bien porque los resultados son contradictorios o bien porque merecen una confianza muy baja. En resumen, muchas preguntas dietéticas carecen de respuesta científica porque las pruebas existentes suelen ser de baja o muy baja calidad, pues la mayoría de estudios sobre nutrición son observacionales y estos tienen una confianza baja. Como consecuencia de esto, es frecuente que dietistas y nutricionistas expertos se extralimiten en sus recomendaciones; suelen cometer cuatro errores al interpretar la literatura científica: extrapolan resultados del laboratorio a la dieta; extrapolan datos observacionales a la dieta; recogen selectivamente evidencias, y arguyen recurriendo a pruebas científicas que, en realidad, no existen. 
Intentaré ilustrar el discurso anterior y, al unísono, desmontar un mito. Beber alcohol con moderación es mejor para la salud que no hacerlo: es una creencia falsa, los resultados (confianza alta) indican lo contrario. Si al sibarita lector le gusta beber vino con prudencia ¡hágalo!, pero no puede alegar motivos de salud. 

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