sábado, 22 de agosto de 2020

Ácido cafeico, frutas y aceite


El relato comienza en Esauira, la antigua Mogador, ciudad portuaria de Marruecos, situada en la costa atlántica. Quien viaje por esa región bereber se sorprenderá al contemplar las cabras subidas a los árboles. Tan variopinto paisaje se debe a que facilita la recolección del fruto del argán; los pastores permiten que los animales suban a los árboles para que coman el fruto, lo regurgiten y escupan las semillas liberadas de la cáscara; de esta manera, los recolectores sólo tienen que recogerlas del suelo. Desgraciadamente, durante el último siglo la superficie de los bosques de argán (Argania spinosa), árbol endémico de los semi-desiertos del suroeste de Marruecos, ha menguado a la mitad; quizá la manera óptima de conservarlo consista en comercializar la producción del aceite de argán obtenido de sus semillas; pues se trata de un producto muy valorado tanto en cosmética como en los exquisitos platos que proporciona la gastronomía local. 
El aceite de argán, además del café, las manzanas, peras, uvas y naranjas, contiene una sustancia singular, el ácido cafeico. Y este ácido fenólico, potente agente antioxidante que no está emparentada con la cafeína, tiene una relación singular con el cáncer. Antes de abordar la oncología mencionaré que el ácido cafeico se encuentra, en mayor o menor abundancia, en todas las plantas debido a que es un intermediario en la biosíntesis de la lignina, una de las formas de biomasa más abundante; también recordaré un experimento sorprendente, los toxicólogos han averiguado que la aplicación del ácido cafeico a las nueces reduce la producción de las peligrosas aflatoxinas, producidas por el moho Aspergillus flavus, en más del noventa y cinco por ciento ¿Significa esta prueba que ya disponemos de un fungicida natural para evitar estas peligrosas contaminaciones de los alimentos?
Los estudios sobre la carcinogenicidad de este ácido han proporcionado resultados que cabe calificar como ambiguos: la administración de altas dosis de ácido cafeico ha causado papilomas estomacales a las ratas; en el mismo experimento, la administración de altas dosis de antioxidantes, ácido cafeico incluido, provocó una disminución en el crecimiento de los tumores del colon, en las mismas ratas. En cualquier caso, la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC), organismo dependiente de la Organización Mundial de la Salud, ha incluido al ácido cafeico en el Grupo 2B lo que significa que es un posible agente carcinógeno para los humanos.

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