sábado, 31 de octubre de 2015

Bioquímica contra la drogadicción


Cocaína y heroína, tabaco o alcohol: el coste en vidas, salud, delitos y baja productividad de los adictos a las drogas ilegales o legales es inmenso. ¿Cómo actúan estas sustancias? Nuevas técnicas para explorar el cerebro nos permiten saber cómo las drogas afectan a la neuroquímica, primer paso para hallar tratamientos farmacológicos contra la adicción; además, la investigación podría tener una aplicación más amplia: descubrir nuevos aspectos de las enfermedades mentales.

Una breve aclaración sobre la química del cerebro nos permitirá dilucidar el funcionamiento de las drogas: los neurotransmisores son moléculas que, fabricadas por una neurona emisora, viajan a través de la disolución acuosa que separa dos neuronas consecutivas, se unen con las moléculas receptoras de la neurona diana y disparan los impulsos nerviosos. Pues bien, los científicos han descubierto que los opiáceos (heroína, morfina), los cannabinoides (marihuana) y la nicotina (tabaco) son moléculas similares a algunos neurotransmisores del cerebro, y que la cocaína afecta a la actuación de la dopamina, otro neurotransmisor. En resumen, las drogas impiden la comunicación normal entre neuronas.

Sabemos cómo actúan, pero ¿a qué se debe la adicción? Probablemente, a que la mayoría de las drogas producen sensaciones placenteras; y lo hacen porque actúan sobre el sistema mesolímbico (un circuito neuronal que comienza en el cerebro medio y se conecta con el sistema límbico y la corteza prefrontal) que se asocia a una gratificación emocional. Algunos expertos han propuesto que el efecto placentero se debe a la dopamina; porque las neuronas que la producen constituyen una parte significativa del circuito. El estudio de las alteraciones que presentan las rutas neuronales en las que participa este singular neurotransmisor podría proporcionarnos conocimientos inesperados: porque la dopamina quizá intervenga en la esquizofrenia, una enfermedad mental implicada -se supone- en la hiperactividad de las neuronas productoras de dopamina, y en la enfermedad de Parkinson que se debe, en parte, a la pérdida de neuronas productoras de dopamina. Por si fuera poco, algunas drogas pueden crear estados mentales muy similares a ciertos trastornos mentales; hecho que significaría que las perturbaciones neuronales asociadas al consumo de drogas y los trastornos mentales podrían implicar procesos cerebrales similares; si se confirmara el solapamiento entre enfermedad mental y drogadicción, los medicamentos desarrollados para curar la adicción podrían emplearse en la terapéutica de las enfermedades mentales.

No cabe duda, nos esperan conocimientos apasionantes sobre nuestro cerebro.

No hay comentarios: