sábado, 10 de octubre de 2015

Fusión nuclear, ¿energía del futuro?


El Sol emite sesenta y tres millones de vatios de radiación cada metro cuadrado de su superficie. ¿De dónde procede tan colosal cantidad de energía? En el centro del Sol las presiones son tan grandes que los núcleos de hidrógeno, a pesar de su repulsión eléctrica, se fusionan a quince millones de grados para dar núcleos de helio produciendo la energía que alimenta a la estrella. En las enanas marrones no se alcanzan tales condiciones extremas, no se fusiona el hidrógeno, pero sí lo hace un isótopo de él, el deuterio, a una temperatura, aproximadamente, cien veces inferior. ¿Por qué no imitar, sino a las estrellas, a las enanas marrones para conseguir una fuente de energía limpia e inagotable? Si las reacciones de fusión se pudieran controlar se acabaría la escasez energética: el combustible abunda (el agua del mar contiene deuterio) y cuatro litros de agua proporcionarían la misma cantidad de energía que un superpetrolero, por si fuera poco, no se producen subproductos radiactivos de vida larga.

Los ingenieros han de conseguir una temperatura muy elevada para que ocurra la fusión; una vez lograda, deben mantener confinada la materia durante un tiempo suficientemente largo y a una densidad convenientemente alta, como para que pueda reaccionar; resulta cien veces más fácil lograr tales condiciones cuando reacciona el deuterio con el tritio -otro isótopo del hidrógeno- que cuando lo hace el deuterio solo. Conseguir cuarenta millones de grados para lograr la fusión nuclear del deuterio con el tritio sólo es el primer reto, porque quedan otras dificultades, quizá mayores, para que la reacción se convierta en una fuente viable de energía. Uno: ¿los materiales que constituyan el reactor podrán soportar temperaturas extremas durante años?, además, los neutrones procedentes de la reacción convierten en radiactivos los materiales que los contienen. Dos: no existe tritio en la naturaleza, hay que generarlo en un reactor nuclear, y es radiactivo. Tres: si se trata de fusión inducida por confinamiento magnético (se han logrado quinientos diez millones de grados), el plasma debe mantenerse en las condiciones críticas durante meses y no durante segundos. Cuatro: si se trata de fusión inducida por láser (se han alcanzado diez millones de grados), se necesita un flujo continuo, no implosiones intermitentes como hasta ahora, además, para que sea rentable, las cápsulas de combustible deben producirse a cinco centavos de dólar: el coste actual asciende a un millón.

Cuando alguien promete energía limpia y suministro inagotable, recelo: demasiado bueno para ser cierto. 

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