sábado, 31 de enero de 2015

Probabilidad del cambio climático


En el siglo XX la temperatura media de la superficie de la Tierra ha aumentado ocho décimas de grado, ¿cuánto más se calentará el planeta? Para contestar a esta pregunta necesitamos conocer cómo reaccionará la temperatura ante el aumento de la concentración atmosférica de gases de efecto invernadero, principalmente del dióxido de carbono emitido por los humanos. Los valores preindustriales (principios del siglo XIX) del dióxido de carbono corresponden a doscientos ochenta ppm; en el 2013, se alcanzaron cuatrocientos por primera vez desde que hay registros y probablemente también por primera vez en millones de años según el examen geológico; los expertos esperan que se duplique el valor preindustrial en algún momento del siglo presente si la quema de combustibles fósiles continúa al ritmo actual. La mayoría de la comunidad científica estima que un calentamiento de dos grados centígrados por encima de las temperaturas preindustriales -el momento en que la mayor parte del planeta quedará expuesto a las consecuencias de un cambio climático- perjudicaría a la civilización: la alimentación, agua, sanidad, territorio, seguridad nacional, energía y prosperidad económica quedarían afectadas; y conjetura que alrededor de la mitad del siglo XXI se superará el umbral de temperatura que nos separa de la catástrofe ambiental.

Ante tal futuro quizá el escéptico lector quiera saber el grado de certeza de tan sombríos pronósticos; después de todo sabemos que, a veces, los meteorólogos se equivocan. Una importante diferencia entre la ciencia y otras actividades humanas igual de dignas, pero menos fiables consiste en que los científicos pueden dar cifras; pueden proporcionar cálculos que nos informan de la seguridad de sus deducciones. Y eso hizo el profesor Shaun Lovejoy en el año 2014. Ha aplicado la matemática estadística -y no los habituales modelos informáticos de los climatólogos-, a los datos históricos desde 1500, para determinar la probabilidad de que el calentamiento desde el año 1880 hasta hoy se deba a una variabilidad natural. Su conclusión es tajante: la hipótesis del calentamiento natural puede descartarse “con un nivel de confianza del noventa y nueve por ciento”; y añade "Este estudio será un duro golpe para los restantes negadores del cambio climático. Sus dos argumentos más convincentes -que el calentamiento es de origen natural y que los modelos informáticos están equivocados- directa o indirectamente entran en contradicción con este análisis”.

El calentamiento global continúa imparable y constituye un problema apremiante… que parte de la humanidad se empeña en ignorar.

1 comentario:

C. Armesto dijo...

Estimado amigo

No es censura (en el sentido que tú le atribuyes) negar credibilidad científica a quienes niegan el calentamiento global de origen antrópico: así opera ciencia.

Una vez que se ha estudiado en profundidad un tema y llegado a unas conclusiones con sus márgenes de error; se pueden descartar ciertos asuntos. Así, hoy, el creacionismo no tiene cabida en la biología, ni la astrología en la física, ni las máquinas del movimiento perpetuo en la termodinámica, ni la homeopatía en medicina, ni la piedra filosofal en química. Los científicos no podemos perder el tiempo continuamente en estudiar lo que ya sabemos -porque lo hemos comprobado antes- que es falso.

Saludos