Las
sustancias químicas sintéticas desempeñan un importante papel en nuestra
calidad de vida pues con ellas se fabrican productos que usamos diariamente; sin
embargo, algunos son responsables de una lista alarmante de enfermedades. Los compuestos
organoclorados, como los bifenilos policlorados –PCB-, constituyen un ejemplo
de productos usados abundantemente que, después de su intensiva comercialización,
se descubre que afectan gravemente a la salud. La legislación ha prohibido o
restringido su uso; a pesar de ello permanecen omnipresentes en el ambiente, como
no podía ser de otra manera pues se estima que más de un millón trescientas mil toneladas de
PCB se produjeron hasta el año 1993.
Tras
la prohibición de los organoclorados se han comercializado otros compuestos con
propiedades químicas muy parecidas, los organobromados que inhiben la
ignición y propagación del fuego; los PBDE (éteres difenílicos polibromados) retardadores
de llama se encuentran en una gran variedad de artículos de consumo, ordenadores, móviles y tabletas, electrodomésticos, materiales de construcción,
espumas, telas y muebles tapizados. Debido a su alta producción su concentración
en el ambiente ha aumentado de forma alarmante; no sólo se encuentran en
el aire y en el agua, sino también en los peces, las aves y en los mamíferos,
incluidos los seres humanos. Desgraciadamente los investigadores han demostrado que son altamente
neurotóxicos y disruptores endocrinos (alteran la función hormonal); a causa de
ello y a que su concentración en la leche materna y en la sangre de los
infantes humanos va en aumento, varios países están estudiando su
restricción o prohibición. En concreto, los estudios epidemiológicos han
encontrado que la exposición de los niños a los PBDE se relaciona con una
disminución de puntos en los test de inteligencia, con alteraciones
sensoriales, motoras, del aprendizaje y de la memoria, y con un déficit de
atención infantil. Por si fuera poco, un grupo de investigadores encabezado por
la doctora Martha León-Olea demostró, en el año 2012, que la exposición a los
PBDE reduce la cantidad de unos indispensables péptidos que participan en el
desarrollo cerebral e intervienen en el comportamiento social.
Los
neuropsicólogos han detectado que el número de niños que presentan trastornos
del desarrollo neurológico (autistas entre otros) ha aumentado en los últimos
años; más de un experto se pregunta si los PBDE u otros productos químicos
sintéticos serán la causa. Si se confirma la desconfianza de estos investigadores
¿quién responderá a los padres de los afectados?
2 comentarios:
Estimada amiga
Tanto los PCB (bifenilos policlorados) como los PBDE (polibromo difenil éteres) se consideran, según el convenio de Estocolmo, contaminantes orgánicos permanentes (persistent organic pollutants, POPs).
Saludos cordiales
Epi
Estimada amiga
No son menos peligrosos los compuestos orgánicos fluorados, muchos de ellos compuestos orgánicos persistentes. Se usan como refrigerantes, anestésicos, en la limpieza en seco y como repelentes de agua en ropa y calzado (gore-tex).
Aunque hay muchos y cada uno tiene sus propiedades particulares; te confirmo que, algunos de ellos, dañan la salud humana: son disruptores endocrinos y la salud ambiental: son gases invernadero y destruyen la capa de ozono.
Saludos cordiales
Epi
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