De
un mismo objeto el astuto lector puede decir que se mueve en línea recta con
velocidad invariable, que está en reposo o gira; y todas las afirmaciones son
exactas desde diferentes puntos de vista. Incluso las leyes del movimiento
pueden variar para unos y otros: un observador en un barco que se balancea
durante un temporal ideará unas leyes diferentes a las que diseñaría uno
situado en la costa. ¿Qué punto de vista será el más racional para elaborar las
leyes del movimiento? Los físicos consideran que aquél en el que los cuerpos en
reposo no se mueven sin la intervención de una fuerza presenta innumerables
ventajas. Quien asuma tal perspectiva (lo calificamos como observador inercial)
encontrará que una multitud de observadores excluyen el movimiento sin motivo: todos
aquellos que se mueven en una línea recta sin que varíe su velocidad con
respecto a él. Lamentablemente, como nuestro planeta rota, el observador
terrestre debe excluirse de los observadores inerciales; sin embargo, si durante
el estudio del movimiento el giro es mínimo puede considerarse inercial. ¡Y así
lo hacemos habitualmente!... aunque no podemos olvidar la rotación del planeta si
se trata de fenómenos duraderos. A éstos me voy a referir.
El
observador que estudia un movimiento mientras el planeta gira (lo calificamos
de observador no inercial) se inventará dos fuerzas (centrífuga y de Coriolis)
para explicar los movimientos espontáneos que observa. Quienquiera que se suba
a un tiovivo y sea arrojado fuera de la plataforma detecta la fuerza centrífuga;
que aumenta cuanto mayor sea la velocidad del giro y la distancia al eje. La
fuerza de Coriolis sólo se manifiesta cuando el objeto observado se mueve; provoca
que el movimiento se desplace hacia la derecha; y aumenta cuanto mayor sea su
velocidad, el ángulo que forma la dirección del movimiento con el eje del giro
y la propia velocidad del giro. ¿Todo esto tiene alguna relación con la realidad? Los aviadores y artilleros deben de evaluar la fuerza de
Coriolis para acertar el lugar al que quieren llegar; también los meteorólogos,
para explicar la dirección del viento en las borrascas y ciclones o la
dirección de los vientos alisos; hasta los meandros de los ríos y los raíles de
ferrocarril padecen esa fuerza: se desgastan más por el lado derecho: que ya
son ganas de fastidiar.
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