sábado, 3 de enero de 2015

Gaspard Coriolis y las fuerzas irracionales


De un mismo objeto el astuto lector puede decir que se mueve en línea recta con velocidad invariable, que está en reposo o gira; y todas las afirmaciones son exactas desde diferentes puntos de vista. Incluso las leyes del movimiento pueden variar para unos y otros: un observador en un barco que se balancea durante un temporal ideará unas leyes diferentes a las que diseñaría uno situado en la costa. ¿Qué punto de vista será el más racional para elaborar las leyes del movimiento? Los físicos consideran que aquél en el que los cuerpos en reposo no se mueven sin la intervención de una fuerza presenta innumerables ventajas. Quien asuma tal perspectiva (lo calificamos como observador inercial) encontrará que una multitud de observadores excluyen el movimiento sin motivo: todos aquellos que se mueven en una línea recta sin que varíe su velocidad con respecto a él. Lamentablemente, como nuestro planeta rota, el observador terrestre debe excluirse de los observadores inerciales; sin embargo, si durante el estudio del movimiento el giro es mínimo puede considerarse inercial. ¡Y así lo hacemos habitualmente!... aunque no podemos olvidar la rotación del planeta si se trata de fenómenos duraderos. A éstos me voy a referir.

El observador que estudia un movimiento mientras el planeta gira (lo calificamos de observador no inercial) se inventará dos fuerzas (centrífuga y de Coriolis) para explicar los movimientos espontáneos que observa. Quienquiera que se suba a un tiovivo y sea arrojado fuera de la plataforma detecta la fuerza centrífuga; que aumenta cuanto mayor sea la velocidad del giro y la distancia al eje. La fuerza de Coriolis sólo se manifiesta cuando el objeto observado se mueve; provoca que el movimiento se desplace hacia la derecha; y aumenta cuanto mayor sea su velocidad, el ángulo que forma la dirección del movimiento con el eje del giro y la propia velocidad del giro. ¿Todo esto tiene alguna relación con la realidad? Los aviadores y artilleros deben de evaluar la fuerza de Coriolis para acertar el lugar al que quieren llegar; también los meteorólogos, para explicar la dirección del viento en las borrascas y ciclones o la dirección de los vientos alisos; hasta los meandros de los ríos y los raíles de ferrocarril padecen esa fuerza: se desgastan más por el lado derecho: que ya son ganas de fastidiar.

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