La
tecnología de fluidos supercríticos -no los confunda el lector despistado con
los superfluidos- se ha desarrollado en las últimas décadas. Los métodos de
extracción convencionales emplean costosos disolventes orgánicos -nocivos,
tanto para la salud humana como para el medio ambiente- y altas temperaturas,
que degradan los productos y aumentan la cantidad de impurezas. Afortunadamente
ya pueden hacerse los mismos procesos empleando fluidos supercríticos (el
dióxido de carbono es el más usado) como disolventes. Se trata de una
tecnología inocua para la salud, más respetuosa con el ambiente y que garantiza
una mejor calidad del producto; presenta indudables ventajas frente a los
técnicas convencionales: selectividad, ausencia de emisiones y residuos peligrosos,
temperaturas suaves, completo reciclado del disolvente, ahorro energético y
reducción de costes. Con tales propiedades a nadie extrañará que cada vez se
utilicen más como disolventes en las reacciones para la obtención de sustancias
valiosas, como vitaminas, aceites esenciales, aditivos y aromas. Menciono un
par de casos: se emplea el dióxido de carbono supercrítico (por encima de
treinta y un grados centígrados y setenta y dos veces la presión atmosférica
habitual) para extraer la cafeína de los granos del café; mediante oxidación
con agua supercrítica (por encima de trescientos setenta y cuatro grados
centígrados y doscientas veintiuna veces la presión atmosférica habitual) se
eliminan desechos tóxicos y peligrosos, tales como los residuos de las
industrias químicas o farmacéuticas, los lodos de depuradoras, los plaguicidas
o los explosivos.
¿Qué
propiedades tienen los fluidos supercríticos que los vuelven tan valiosos? Son
un híbrido entre un líquido y un gas, en otras palabras, se trata de gases con
propiedades de líquidos, porque se difunden como un gas y disuelven como un
líquido. Naturalmente hay más fluidos supercríticos que el dióxido de carbono y
el agua; es más, cualquier la sustancia que supere cierta temperatura y presión
(su punto crítico) se considera un fluido supercrítico. ¿Qué sucede en esa
cota? Que no existe diferencia entre el gas y el líquido, por encima del punto
crítico ni se produce licuefacción al presurizar, ni gasificación al calentar.
Abandonemos
ahora la tecnología y alejémonos de nuestro planeta; a cuarenta años-luz de
distancia, en 2004, los astrónomos descubrieron el exoplaneta 55 Cancri e. De
tamaño poco más que el doble de la Tierra, la composición, temperatura y
presión de la superficie de este extraño mundo son tan extraordinariamente
diferentes a las terrestres, que los investigadores sospechan que allí existen…
fluidos supercríticos.
2 comentarios:
Estimado amigo
Desde el punto de vista técnico se considera que cualquier sustancia que se encuentre a una temperatura y presión superiores a la de su punto crítico es un superfluido. Y se llama punto crítico a la temperatura y presión en la que coexisten las tres fases, sólido, líquido y gas, de la sustancia.
¿Algún superfluido más? Propano, etanol, metanol, acetona.
Saludos cordiales
Estimado amigo
Te comentaré algunos casos concretos en los que podría usarse el dióxido de carbono supercrítico: la obtención de extractos de plantas aromáticas, el desgrasado de alimentos o la extracción de colesterol de aceites y productos lácteos.
Saludos
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