Cada uno
de nosotros probablemente conocerá a personas que, ante un accidente de avión,
un terremoto, incluso ante un rayo sientan la llamada del miedo, sin embargo no
les altera el ánimo viajar todos los días en automóvil. Desgraciadamente, se
equivocan en la percepción del riesgo… como casi todo el mundo.
Los
factores subjetivos -y no los datos objetivos- determinan cómo el público
percibe el riesgo. En una encuesta efectuada en una ciudad norteamericana,
-semejante a otras ciudades del mundo-, la percepción del riesgo por el público
no se parece al riesgo real; por muy arraigadas que estén las creencias, nuestros
contemporáneos se equivocan: los mayores asesinos no son los terremotos, ni los
tsunamis, ni las erupciones volcánicas, ni los huracanes. La suma de víctimas
causadas por todos los desastres naturales no suele superar las decenas de
miles cada año, concretamente en el año 1998 cincuenta mil, en el 2006
veintiuna mil. El mayor riesgo, el que ocupa el primer lugar de la escala -así
lo dictan las estadísticas- es el asociado con los accidentes automovilísticos:
en el año 2000, un millón doscientas mil personas murieron en todo el mundo en
accidentes de tráfico, y son muchos, demasiados óbitos. La Organización Mundial
de la Salud calcula que la cuarta parte de todas las muertes causadas por
lesiones se deben a los automóviles.
El error
es comprensible, porque los humanos tenemos distorsionada la percepción de la
probabilidad de que un riesgo se materialice. Los psicólogos han comprobado que
un estímulo se atenúa cuando actúa continuamente, de tal manera que, al cabo de
un tiempo, el sujeto deja de percibirlo. Así sucede con los accidentes de
tráfico, como son habituales -todos los fines de semana los periódicos nos informan
del número de percances mortales- apenas nos fijamos en ellos, en cambio los siniestros
aeronáuticos, los terremotos o los huracanes -que se producen raramente- los
percibimos con más intensidad, nos impresionan más. Y no importa que aquéllos,
desde el punto de vista objetivo, sean riesgos más graves y ocasionen mayor número
de víctimas. “Nosotros, el público en general, somos irracionales y mal
informados en torno al riesgo. No entendemos ni nos preocupan las
estadísticas”. Lo afirman los expertos, la conclusión se ha demostrado y no es
otra. Escéptico lector, ¿lo dudas?
2 comentarios:
Estimado amigo
En la lista de causas de muerte a nivel mundial (OMS, 2012), los accidentes de tráfico ocupan el lugar 8º.
La cardiopatía coronaria, las infecciones de las vías respiratorias y los accidentes vasculares cerebrales ocupan, respectivamente, los tres primeros lugares; los cánceres del sistema respiratorio el 14º.
Estimada amiga
En el informe de 2015 la OMS detectó un millón doscientos cincuenta mil fallecidos al año por accidentes de tráfico.
España está en un honroso lugar trece en la lista de países del mundo más seguros en lo que se refiere a la mortalidad por tráfico.
Cordiales saludos de Epi
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