sábado, 23 de enero de 2010

Perdidos en la inmensidad del tiempo


¿Podemos comprender el tiempo geológico? Cuando los humanos nos enfrentamos a acontecimientos ocurridos hace millones, o miles de millones de años, somos incapaces de aprehender tales dimensiones, los  números grandes sobrepasan nuestra imaginación. Para entenderlos y obtener edades más familiares recurriré a un símil: convertiré cada cien millones de años en un año; de esta manera, la Tierra, el Sol y los demás planetas del sistema solar tendrían cuarenta y cinco años de edad; el Universo, con ciento treinta y siete años, sería algo más viejo.
La Tierra era muy joven -tenía siete años aproximadamente- cuando apareció la vida y las primeras bacterias hollaron el planeta. Vivían aisladas, algunas formaban colonias, en todo caso cada una miraba exclusivamente para sí. Al principio dos o tres bacterias -quizá alguna más- aprendieron a convivir juntas para formar una única célula más compleja que llamamos eucariota. Aprender a colaborar, formar colectividades más o menos grandes resultó una tarea ardua y complicada para los primeros seres vivos unicelulares: más de veinte años tardaron las células terrestres en lograrlo; fue así como aparecieron los seres constituidos con muchas células (que los humanos hemos clasificado como vegetales, hongos y animales). La evolución y la selección natural continuó, cada nueva generación incorporaba pequeñas modificaciones que, si contribuían a supervivencia del individuo, a la larga formaban nuevas especies. Nuestro planeta apenas contaba con treinta y nueve años cuando aparecen los primeros animales, algo más de un año después los peces surcan los océanos; cumplidos los cuarenta y tres años de edad, los dinosaurios y los mamíferos primitivos corren, nadan y vuelan en los distintos hábitats.
Después de celebrar el último aniversario de la Tierra quedan cuatro meses para llegar al presente: los acontecimientos se aceleran. Recién acabada la celebración la caída de un meteorito provoca la extinción de los dinosaurios. Los primeros homínidos, todavía simios, pero ya con alguna característica humana, pisan nuestro planeta cuando faltan veintiún días para alcanzar el presente. Estamos a punto de llegar, faltan apenas unas horas –concretamente diecisiete- cuando asoma nuestra especie, el Homo sapiens. La historia de la civilización, los últimos cinco mil apasionantes años de la humanidad, caben en la última media hora. Tu vida amigo lector, tus escasos cien años de duración, apenas unos pocos segundos según esta cronología, es un soplo en la inmensidad del tiempo.

1 comentario:

C. Armesto dijo...

Estimado amigo

Eón, era, período, época, edad son divisiones del tiempo perfectamente definidas, que emplean los geólogos. La historia de Tierra, por ejemplo, se divide en cuatro eones; el último eón, el fanerozoico, tiene tres eras: paleozoico, mesozoico y cenozoico; la últimas era, el cenozoico, presenta tres períodos, y así sucesivamente.

Saludos
Epi