sábado, 2 de enero de 2010

Injustificado miedo a las catástrofes


Cada uno de nosotros probablemente conocerá a personas que, ante un accidente de avión, un terremoto, incluso ante un rayo sientan la llamada del miedo, sin embargo no les altera el ánimo viajar todos los días en automóvil. Desgraciadamente, se equivocan en la percepción del riesgo… como casi todo el mundo.
Los factores subjetivos -y no los datos objetivos- determinan cómo el público percibe el riesgo. En una encuesta efectuada en una ciudad norteamericana, -semejante a otras ciudades del mundo-, la percepción del riesgo por el público no se parece al riesgo real; por muy arraigadas que estén las creencias, nuestros contemporáneos se equivocan: los mayores asesinos no son los terremotos, ni los tsunamis, ni las erupciones volcánicas, ni los huracanes. La suma de víctimas causadas por todos los desastres naturales no suele superar las decenas de miles cada año, concretamente en el año 1998 cincuenta mil, en el 2006 veintiuna mil. El mayor riesgo, el que ocupa el primer lugar de la escala -así lo dictan las estadísticas- es el asociado con los accidentes automovilísticos: en el año 2000, un millón doscientas mil personas murieron en todo el mundo en accidentes de tráfico, y son muchos, demasiados óbitos. La Organización Mundial de la Salud calcula que la cuarta parte de todas las muertes causadas por lesiones se deben a los automóviles.
El error es comprensible, porque los humanos tenemos distorsionada la percepción de la probabilidad de que un riesgo se materialice. Los psicólogos han comprobado que un estímulo se atenúa cuando actúa continuamente, de tal manera que, al cabo de un tiempo, el sujeto deja de percibirlo. Así sucede con los accidentes de tráfico, como son habituales -todos los fines de semana los periódicos nos informan del número de percances mortales- apenas nos fijamos en ellos, en cambio los siniestros aeronáuticos, los terremotos o los huracanes -que se producen raramente- los percibimos con más intensidad, nos impresionan más. Y no importa que aquéllos, desde el punto de vista objetivo, sean riesgos más graves y ocasionen mayor número de víctimas. “Nosotros, el público en general, somos irracionales y mal informados en torno al riesgo. No entendemos ni nos preocupan las estadísticas”. Lo afirman los expertos, la conclusión se ha demostrado y no es otra. Escéptico lector, ¿lo dudas?

2 comentarios:

C. Armesto dijo...

Estimado amigo

En la lista de causas de muerte a nivel mundial (OMS, 2012), los accidentes de tráfico ocupan el lugar 8º.

La cardiopatía coronaria, las infecciones de las vías respiratorias y los accidentes vasculares cerebrales ocupan, respectivamente, los tres primeros lugares; los cánceres del sistema respiratorio el 14º.

C. Armesto dijo...

Estimada amiga

En el informe de 2015 la OMS detectó un millón doscientos cincuenta mil fallecidos al año por accidentes de tráfico.

España está en un honroso lugar trece en la lista de países del mundo más seguros en lo que se refiere a la mortalidad por tráfico.

Cordiales saludos de Epi