La
ciencia nos muestra que todos los seres vivos son hermosos: nos maravilla la
estructura de éstos, nos asombra el funcionamiento de ésos, amamos la conducta
de aquéllos, a menudo admiramos los tres aspectos a la vez: diminutas y
versátiles bacterias, gigantescas ballenas cantoras o majestuosos robles
centenarios; en cualquier caso, todas las formas de vida tienen derecho a no
ser exterminadas; y para ello debemos respetar sus hábitats. Los bosques
tropicales albergan más de la mitad de las especies vivas; el resto prospera en
los desiertos y en las altas montañas, en las chimeneas volcánicas submarinas y
en las bahías someras de la Antártida. La conservación de los ecosistemas no
impide que los humanos satisfagamos nuestras necesidades materiales; atenderlas
sin que se deteriore el medioambiente puede lograrse mediante un desarrollo
económico sostenible. Sin embargo, y a pesar de la capacidad de la adaptación
de los seres vivos, la Amazonia, una de las siete maravillas naturales del
mundo, se destruye, los bosques africanos se deterioran, los manglares
indochinos desaparecen. No necesitamos viajar a exóticos lugares para
contemplar la destrucción irreparable de ecosistemas por el egoísmo de algunos
humanos y la pasividad de la mayoría, aquí, ahora, en España está sucediendo,
lo estamos permitiendo. Leamos este párrafo: ”las islas y las zonas costeras
mediterráneas de España han sufrido una destrucción masiva en la última década,
ya que el cemento y el hormigón han saturado esas regiones de tal forma que han
afectado no sólo al frágil medio ambiente costero, la mayor parte del cual está
nominalmente protegido en virtud de la Directiva sobre hábitats / Natura 2000 y
aves, como ha ocurrido en casos de urbanizaciones en el Cabo de Gata y Murcia,
sino también a la actividad social y cultural de muchas zonas, lo que
constituye una pérdida trágica e irreparable de su identidad y legado
culturales, así como de su integridad medioambiental, y todo ello
principalmente por la avaricia y la conducta especulativa de algunas
autoridades locales y miembros del sector de la construcción que han conseguido
sacar beneficios masivos de estas actividades”. Amigo lector ¿crees que se
trata del discurso de un miembro de una organización ecologista? Yerras, se
trata del Informe Auken, que aprobó el Parlamento Europeo en el año 2009. Si
conocemos el estropicio, ¿por qué no actuamos?
1 comentario:
Estimado amigo
1º Desde el año 1800, y más aún desde 1950, la desaparición de especies de seres vivos ha aumentado; la actual tasa de extinción se estima que supera en cien o mil veces la tasa promedio. Por ello la mayoría de biólogos expertos en biodiversidad concluye que estamos inmersos en la sexta gran extinción de especies vivas.
2º No hay duda sobre la causa: las actividades humanas.
Saludos cordiales de
Epi
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