Si
preguntase a los eruditos lectores el nombre de explosivos, estoy seguro que
las contestaciones serían variadas. Habrá quien se fije en la pólvora, los
chinos la inventaron y los europeos le encontramos utilidad: con ella nos
matarnos a conciencia durante varios siglos. Otro se fijará en la dinamita,
Alfred Nobel hizo fortuna con su invención. Aquél aludirá el TNT o a la
nitroglicerina. Incluso habrá alguno que mencione a las mezclas empleadas en
minas y demoliciones, los sofisticados nafos. Ya en el colmo de la barbarie, y recordando
la destrucción de Hiroshima y Nagasaki, alguien aludirá a los explosivos
nucleares. Estoy seguro que a ninguno se le ocurriría que el magnetismo,
concretamente la reconexión magnética, sea, probablemente, la forma que el
universo prefiere para estallar las cosas.
La
reconexión magnética actúa en cualquier región del cosmos en la que se hallen presentes
campos magnéticos, lo cual equivale a asegurar que está casi en todas partes. En
el Sol, la reconexión magnética provoca las fulguraciones solares, tan
poderosas como mil millones de bombas atómicas y las eyecciones de masa coronal,
más potentes todavía, causantes de las tormentas solares que, si alcanzan la
Tierra, pueden dejar sin luz a las grandes urbes. En la atmósfera terrestre la
reconexión magnética alimenta a las tormentas magnéticas que se manifiestan en
las hermosas auroras polares. Incluso los ingenieros, que se afanan en
encontrar fuentes de energía barata para satisfacer las necesidades crecientes
de la civilización, la han encontrado en su trabajo: la fusión nuclear ha
producido resultados esperanzadores en unos dispositivos llamados tokamaks; sin
embargo, han surgido inconvenientes: las reconexiones magnéticas provocan que
algo del plasma combustible escape de la cámara de reacción.
¿En
qué consiste tan ubicuo fenómeno? Las líneas de fuerza del campo magnético de una
zona rompen las conexiones con sus fuentes, se empalman de nuevo entre sí y
¡bang!: la energía magnética se libera como energía cinética de las partículas.
Pero, la pregunta crucial no se ha respondido, ¿cómo el simple acto de
entrecruzar líneas magnéticas dispara una brutal explosión? Los físicos todavía
ignoran la respuesta… pero se afanan en encontrarla. La NASA va a enviar sondas
espaciales a la magnetosfera terrestre, un maravilloso y gigantesco laboratorio
natural, en el que las reconexiones magnéticas se producen continuamente.
¿Hallarán las respuestas? Ilusionados esperamos.
2 comentarios:
Hola Podría jurar que he estado en tu blog antes, pero después
de navegar a través de él leyendo algunos artículos me
di cuenta de que es nuevo para mí. De todas formas , estoy contento de haberme encontrado con esta página.
La pondré en mis marcadores para volver de nuevo !
Feel free to surf to my site; crema hidratante
Estimado amigo
1º La tormenta solar (eyección de masa coronal) más potente registrada en la historia ocurrió en el año 1859. Debido a ella se registraron fallos en el telégrafo de Europa y América del Norte; se vieron auroras boreales en Norteamérica e incluso en ciudades de baja latitud como La Habana, Madrid y alguna localidad de Colombia.
2º Considera que en aquella época la humanidad no usaba satélites para sus comunicaciones; y que una tormenta solar muy intensa podría averiarlos o destruirlos.
Saludos de Epi
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