sábado, 9 de enero de 2010

Reconexiones magnéticas, inéditas explosiones


Si preguntase a los eruditos lectores el nombre de explosivos, estoy seguro que las contestaciones serían variadas. Habrá quien se fije en la pólvora, los chinos la inventaron y los europeos le encontramos utilidad: con ella nos matarnos a conciencia durante varios siglos. Otro se fijará en la dinamita, Alfred Nobel hizo fortuna con su invención. Aquél aludirá el TNT o a la nitroglicerina. Incluso habrá alguno que mencione a las mezclas empleadas en minas y demoliciones, los sofisticados nafos. Ya en el colmo de la barbarie, y recordando la destrucción de Hiroshima y Nagasaki, alguien aludirá a los explosivos nucleares. Estoy seguro que a ninguno se le ocurriría que el magnetismo, concretamente la reconexión magnética, sea, probablemente, la forma que el universo prefiere para estallar las cosas.
La reconexión magnética actúa en cualquier región del cosmos en la que se hallen presentes campos magnéticos, lo cual equivale a asegurar que está casi en todas partes. En el Sol, la reconexión magnética provoca las fulguraciones solares, tan poderosas como mil millones de bombas atómicas y las eyecciones de masa coronal, más potentes todavía, causantes de las tormentas solares que, si alcanzan la Tierra, pueden dejar sin luz a las grandes urbes. En la atmósfera terrestre la reconexión magnética alimenta a las tormentas magnéticas que se manifiestan en las hermosas auroras polares. Incluso los ingenieros, que se afanan en encontrar fuentes de energía barata para satisfacer las necesidades crecientes de la civilización, la han encontrado en su trabajo: la fusión nuclear ha producido resultados esperanzadores en unos dispositivos llamados tokamaks; sin embargo, han surgido inconvenientes: las reconexiones magnéticas provocan que algo del plasma combustible escape de la cámara de reacción.
¿En qué consiste tan ubicuo fenómeno? Las líneas de fuerza del campo magnético de una zona rompen las conexiones con sus fuentes, se empalman de nuevo entre sí y ¡bang!: la energía magnética se libera como energía cinética de las partículas. Pero, la pregunta crucial no se ha respondido, ¿cómo el simple acto de entrecruzar líneas magnéticas dispara una brutal explosión? Los físicos todavía ignoran la respuesta… pero se afanan en encontrarla. La NASA va a enviar sondas espaciales a la magnetosfera terrestre, un maravilloso y gigantesco laboratorio natural, en el que las reconexiones magnéticas se producen continuamente. ¿Hallarán las respuestas? Ilusionados esperamos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Podría jurar que he estado en tu blog antes, pero después
de navegar a través de él leyendo algunos artículos me
di cuenta de que es nuevo para mí. De todas formas , estoy contento de haberme encontrado con esta página.
La pondré en mis marcadores para volver de nuevo !


Feel free to surf to my site; crema hidratante

C. Armesto dijo...

Estimado amigo

1º La tormenta solar (eyección de masa coronal) más potente registrada en la historia ocurrió en el año 1859. Debido a ella se registraron fallos en el telégrafo de Europa y América del Norte; se vieron auroras boreales en Norteamérica e incluso en ciudades de baja latitud como La Habana, Madrid y alguna localidad de Colombia.

2º Considera que en aquella época la humanidad no usaba satélites para sus comunicaciones; y que una tormenta solar muy intensa podría averiarlos o destruirlos.

Saludos de Epi