sábado, 21 de noviembre de 2009

Simpáticas arañas


Las arañas, a menudo confundidas con los insectos, a pesar de que es fácil distinguirlos contando sus ocho patas, están probablemente entre los animales más cosmopolitas y mejor adaptados del planeta. Quien conozca sus costumbres fácilmente simpatizará con ellas: como la mayoría son carnívoras y se alimentan de insectos, otras arañas y pequeños invertebrados, afirmo, sin dudarlo, que nos liberan de muchos seres molestos y perjudiciales. ¿Para qué tanto insecticida –quizá se pregunte algún lector ecologista- si estos animalitos se pueden encargar de mantener baja una población de insectos?

Sin embargo, su relación con nosotros es conflictiva: tienen fama de crueldad, repugnan y se las odia. Y todo porque algunas arañas, no todas, nos pican, y la picadura es dolorosa. ¿Son venenosas las arañas? Por supuesto, con veneno matan a sus presas. ¿Son peligrosas, entonces? Noventa y nueve de cada cien especies, no: las mandíbulas de una araña de jardín o de una araña doméstica son demasiado débiles como para que puedan atravesar la fuerte piel humana. Pero no a todas les podemos extender el certificado de inocencia. Quienes disfrutamos de paseos por el campo es probable que nos hayamos topado, alguna vez, con una viuda negra mediterránea, -prima hermana de su homónima americana-, única especie cuya picadura puede revestir algún peligro; por cierto, se trata de un animal de curiosas costumbres amatorias -y gastronómicas- pues se come al macho después del apareamiento, ni más ni menos. Existe una hermosa leyenda sobre la procedencia del nombre de las tarántulas europeas -que  no deben confundirse con sus homónimas americanas y australianas-: en la Edad Media, los habitantes de Tarento creían que la picadura de las tarántulas causaba la muerte, a menos que el picado sujeto bailase una danza que, como no podía ser de otra manera, acabó llamándose tarantela; sin embargo, tan temible picadura es tan peligrosa… como la de una abeja. ¡No hay que exagerar! También existen arañas que pueden matar al desafortunado humano que tropiece con ellas. Tal vez el curioso lector quiera conocer las tres especies que encabezan la escala de peligrosidad: la extraordinaria toxicidad del veneno de la Armadeira brasileña -sólo seis millonésimas de gramo pueden matar a un ratón-, su naturaleza errante y su alta agresividad la convierten en la más temible; le siguen en tan desagradable escala la Atrax robustus australiana y la viuda negra americana.

1 comentario:

C. Armesto dijo...

Estimado amigo

Existen muchas especies de arañas: se conocen cuarenta y cinco mil especies.
Las arañas son depredadoras.

Cordialmente

Epi