Las arañas, a menudo confundidas con los
insectos, a pesar de que es fácil distinguirlos contando sus ocho patas, están
probablemente entre los animales más cosmopolitas y mejor adaptados del
planeta. Quien conozca sus costumbres fácilmente simpatizará con ellas: como la
mayoría son carnívoras y se alimentan de insectos, otras arañas y pequeños
invertebrados, afirmo, sin dudarlo, que nos liberan de muchos seres molestos y
perjudiciales. ¿Para qué tanto insecticida –quizá se pregunte algún lector
ecologista- si estos animalitos se pueden encargar de mantener baja una
población de insectos?
Sin embargo, su relación con nosotros es
conflictiva: tienen fama de crueldad, repugnan y se las odia. Y todo porque algunas
arañas, no todas, nos pican, y la picadura es dolorosa. ¿Son venenosas las
arañas? Por supuesto, con veneno matan a sus presas. ¿Son peligrosas, entonces?
Noventa y nueve de cada cien especies, no: las mandíbulas de una araña de
jardín o de una araña doméstica son demasiado débiles como para que puedan
atravesar la fuerte piel humana. Pero no a todas les podemos extender el
certificado de inocencia. Quienes disfrutamos de paseos por el campo es
probable que nos hayamos topado, alguna vez, con una viuda negra mediterránea,
-prima hermana de su homónima americana-, única especie cuya picadura puede
revestir algún peligro; por cierto, se trata de un animal de curiosas
costumbres amatorias -y gastronómicas- pues se come al macho después del
apareamiento, ni más ni menos. Existe una hermosa leyenda sobre la procedencia
del nombre de las tarántulas europeas -que
no deben confundirse con sus homónimas americanas y australianas-: en la
Edad Media, los habitantes de Tarento creían que la picadura de las tarántulas
causaba la muerte, a menos que el picado sujeto bailase una danza que, como no
podía ser de otra manera, acabó llamándose tarantela; sin embargo, tan temible
picadura es tan peligrosa… como la de una abeja. ¡No hay que exagerar! También
existen arañas que pueden matar al desafortunado humano que tropiece con ellas.
Tal vez el curioso lector quiera conocer las tres especies que encabezan la
escala de peligrosidad: la extraordinaria toxicidad del veneno de la Armadeira
brasileña -sólo seis millonésimas de gramo pueden matar a un ratón-, su
naturaleza errante y su alta agresividad la convierten en la más temible; le
siguen en tan desagradable escala la Atrax robustus australiana y la viuda
negra americana.
1 comentario:
Estimado amigo
Existen muchas especies de arañas: se conocen cuarenta y cinco mil especies.
Las arañas son depredadoras.
Cordialmente
Epi
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