El otro
día charlaba con un ingeniero sobre el significado de la temperatura. No
discrepábamos sobre la existencia de un mínimo; las opiniones divergían sobre
si hay un límite superior. Transcribo, para solaz del lector amante de las
paradojas, el razonamiento que manejó mi colega. Todos sabemos calcular el
sueldo medio de los individuos de una sociedad o el número medio de hijos de
los matrimonios de un país; lo que ignora mucha gente, es que la temperatura de
un objeto también es una medida de un valor medio, en este caso de la energía
cinética del colectivo de partículas que lo forman. Cualquier objeto está
formado por átomos y los átomos se mueven, la temperatura mide la rapidez o
lentitud con que lo hacen, que es otra manera de referirnos a la energía
cinética: inmediatamente el sagaz lector se habrá dado cuenta del acuerdo entre
mi amigo y yo sobre el mínimo de la temperatura: la temperatura más baja
(doscientos setenta y tres grados centígrados bajo cero) se alcanzará cuando
todos los átomos estén quietos: es imposible menos. Voy ahora a la cota
superior: los físicos saben que la energía cinética de un átomo se mide
multiplicando la mitad de su masa por su velocidad dos veces. Como la masa de
cada uno de los átomos es un valor conocido y su velocidad puede ser tan grande
como se quiera, la temperatura no tiene límite superior. Mi sorpresa se produjo
cuando mi interlocutor, recordando el abecedario de la relatividad, disentía:
como todas las partículas tienen que moverse a una velocidad estrictamente
inferior a la luz, la velocidad y, por tanto, la energía cinética tiene un
límite, en consecuencia, la temperatura tendrá un máximo. Inicialmente atónito,
porque no hallaba la falacia del argumento, respiré aliviado cuando me di
cuenta que la teoría relatividad -que había recordado mi colega- también
establece que la energía cinética de las partículas no sólo depende de la
velocidad, sino también de la masa, y ésta no permanece inmutable, aumenta
cuando la partícula acrecienta su velocidad, y puede ser tan grande como se
quiera. Conclusión: la temperatura es ilimitada. A pesar de todo… tal vez en
otro lugar comente los argumentos por los que los físicos estiman que la mayor
temperatura concebible, la que alcanzó el universo en su primer instante de
vida, necesita un número entero de treinta y tres cifras para escribirse.
2 comentarios:
Estimado amigo
Ciento cuarenta quintillones de grados, la temperatura de Planck, es el valor máximo de la temperatura en el universo.
Es la temperatura durante el primer instante de existencia del universo.
No se puede superar la temperatura de Planck porque a esa temperatura una partícula adquiriría la masa suficiente para convertirse en agujero negro.
Estimado amigo
En la física clásica de Newton, o sea a velocidades bajas, la masa es inmutable, no cambia. El peso sí depende del planeta en que estés o de la distancia al centro de la Tierra (o del planeta). Por eso el peso de una persona de sesenta kilos sería la misma en la Tierra que en la Luna; en cambio su peso en la Luna sería seis veces menor que su peso en la Tierra.
Cordiales saludos de Epi
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