No
comprendo a las personas que prefieren una estación a otra; cada una tiene un
encanto especial: la dulce melancolía de la caída de las hojas en otoño, el
murmullo del mar amigo mientras acaricia las playas en verano, la fuerza de la
naturaleza revelándose en las tormentas de invierno o el renacer de la vida en
la primavera. Y este preludio viene a cuento del movimiento de nuestro planeta
en su órbita; la mayoría de los lectores curiosos saben que el camino de la
Tierra alrededor del Sol tiene forma de elipse, y que la estrella no está en el
centro, sino en el foco de la elipse; por ello tal vez alguno deduzca que las
estaciones se deben al alejamiento o acercamiento al astro rey: se equivoca
quien así piense. Durante el invierno la Tierra está más cerca de su estrella y
en verano se encuentra en el punto más lejano; la causa de las estaciones no se
halla en la mayor o menor cercanía, sino en la
inclinación del eje de rotación del planeta.
Espero a
que el lector despistado se reponga de su sorpresa para continuar. El Sol no
está quieto; de la misma manera que los planetas giran alrededor de su
estrella, también las estrellas, el Sol incluido, lo hacen en nuestra galaxia.
Y no durante un año, ni siquiera durante ciento sesenta y cuatro años, como
Neptuno, sino durante algo más de doscientos interminables millones de años.
Fíjate bien amigo lector, cuando el Sol se encontraba en la misma región de la
galaxia que ahora, en la vuelta anterior, los humanos todavía no existíamos,
los dinosaurios eran los señores del planeta. No sólo la nuestra, todas las
estrellas que vemos a ojo desnudo y muchas más, aproximadamente, cien mil
millones giran respecto al núcleo central de la Vía Láctea. Inevitablemente
curioso, me pregunto ¿existirá un ciclo galáctico, equivalente al ciclo
terrestre de estaciones? ¿Alguno de los fenómenos geológicos que sucedieron en
la Tierra a lo largo de su historia dependió de los distintos ambientes
galácticos por los que fue pasando el Sol? ¿Alguna de las extinciones masivas
de la vida se relaciona con el paso del sistema solar por algún lugar concreto
de la galaxia?
Me
encanta tenderme en el campo durante una cálida noche de verano, contemplar las
estrellas, y dejar vagar la imaginación.
1 comentario:
Estimado amigo
Un par de consideraciones: Si el eje de rotación de la Tierra no estuviese inclinado (23º) no habría estaciones: durante todo el año el Sol permanecería sobre el ecuador, describiría la misma trayectoria en el cielo manteniendo inmutable su altura sobre el horizonte y todos los días tendrían las mismas horas de luz.
Con uno de los polos casi apuntando hacia el Sol (inclinación del eje 98º), el estudio de las estaciones en Urano es apasionante.
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