Quienes
disfrutamos caminando por los senderos de montaña o por la costa cerca del mar sentimos,
al acabar el paseo, la mente despejada, el ánimo levantado y el espíritu
alegre, notamos que una sensación de alivio y bienestar ha invadido nuestro
cuerpo. Aunque nunca me había preguntado por la causa de esta felicidad
psicológica, hace poco he sabido que los fisiólogos han comprobado, sin asomo
de duda, que la ionización del aire influye en el estado de ánimo. Interrumpo
el discurso para aclarar que el
aire contiene átomos neutros, átomos cuyos electrones externos, ligeros, pueden
desprenderse de uno e ir a otro, creándose así iones: positivos los que pierden
y negativos los que ganan. Así pues, el aire siempre tiene iones y la misma
cantidad de negativos que de positivos, un equilibrio que puede alterarse por
diferentes causas. Retomo el hilo del relato para indicar que el cerebro,
dependiendo de la cantidad y la clase de los iones del aire, libera más o menos
moléculas que alteran los estados de ánimo. Han leído bien, moléculas que intervienen
en el funcionamiento del sistema nervioso; se trata de las neurohormonas, unas
sustancias que usan las neuronas para comunicares entre sí. Los biólogos han
averiguado que los iones negativos del aire ejercen una acción sedante, y los
físicos, que esos iones abundan en el campo, en la costa y en las proximidades
de los movimientos del agua -al lado de las cascadas, por ejemplo-, y que un
ionizador casero también los produce. Dejamos para el final anunciar que el aire
también puede contener iones positivos, y que éstos, lamentablemente, producen
estados depresivos, cansancio, irritabilidad e insomnio; abundan en el aire de
las ciudades, en la atmósfera con polvo o en la cercanía de los aparatos
eléctricos. Los meteorólogos saben que, antes
de una tormenta, predominan los iones positivos en la atmósfera, que inquietan
a los animales, especialmente a los insectos; y que, cuando ha pasado la
borrasca, el aire se llena de iones negativos e irrumpe la calma: el observador
atento sentirá que la agresividad y ansiedad también han huido.
Estimado
lector que entretienes tu tiempo en estas páginas, cuando te atrape el
malhumor, no lo desahogues con tus amigos, compañeros o parientes, atribúyelo, algunas
veces, al ambiente y acertarás; y si quieres mejorarlo, trasládate a la montaña
o acércate al mar. Me agradecerás el consejo.
1 comentario:
Estimada amiga
Las nubes de tormenta son las baterías que ponen en marcha el circuito terrestre global. Cargan la ionosfera con electricidad positiva y el suelo negativo; aunque debajo de una nube de tormenta (cima de la nube positiva, bajo negativo) el suelo es positivo.
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