sábado, 29 de junio de 2024

Aguacate y bulos de internet

 
Un vegetariano me preguntaba sobre los alimentos que debía seleccionar para ingerir abundante vitamina D. Inmediatamente recordé los pescados azules y los hongos, pero no estaba seguro si los productos lácteos y los huevos, a los que es muy aficionado mi interlocutor, eran buenos suplementos de vitamina D. Recurrí a internet para comprobarlo: y ahí surgió la sorpresa porque en muchísimas páginas de la red, tanto en los laboratorios de venta de suplementos alimentarios como en prestigiosos periódicos o revistas de amplia tirada, que deberían estar bien informados pude leer que el aguacate contiene vitamina D. Tantas veces encontré el dato que casi dudé de la bioquímica que yo sabía; porque en los textos de bioquímica puede leerse que la vitamina D sólo la pueden fabricar los animales o los hongos; aquéllos la sintetizan en la piel, con el auxilio de la luz ultavioleta del Sol, a partir de una molécula de colesterol modificada, éstos, también con el auxilio de la luz ultravioleta del Sol, la sintetizan a partir de la molécula de ergosterol. Como los vegetales ni tienen colesterol ni ergosterol es absolutamente imposible que contengan vitamina D; y como el aguacate es un vegetal, colijo que el aguacate no contiene, ni puede contener vitamina D. Ahora bien, si el escéptico lector va a navegar a internet y en el buscador google introduce, al mismo tiempo, las palabras vitamina D y aguacate, comprobará como le aseguran que se trata del vegetal que contiene más vitamina D. ¡Falso!
Haga otra prueba el escéptico lector. Averigüe el nombre científico del aguacate (Persea americana) e introduzca ahora en google los términos Persea americana y vitamina D: el resultado será absolutamente distinto del anterior porque la mayoría de las páginas le proporcionan la información del análisis químico del aguacate; y en él podrá leer que la cantidad de vitamina D que contiene es cero. ¿A qué se debe la diferencia entre una búsqueda y otra? Los resultados que proporciona la primer búsqueda carecen de rigor científico, se trata de meros plagios unos de otros, de copias sin comprobar si el dato es cierto. En la segunda búsqueda, al informarse acudiendo al nombre científico del fruto, los resultados que se hallarán provienen de fuentes científicas de rigor contrastado. El escritor no tiene duda alguna; pero le pregunta al lector curioso ¿de cuál se debe fiar?

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