sábado, 9 de diciembre de 2023

Energía geotérmica


En la actualidad la producción de electricidad mediante energía geotérmica es escasa; sin embargo, una compañía eléctrica (
Quaise) fundada por unos investigadores intenta una revolución energética mundial usando energía geotérmica para producir electricidad. Pretenden perforar la corteza a gran profundidad para acceder al calor interno de la Tierra y obtener energía barata. Pero no se trata de una excavación cualquiera; usarán sistemas de perforación tradicionales para llegar a los cinco kilómetros de profundidad; a partir de ahí, emplearán una perforadora de plasma, inventada por Paul Woskov y desarrollada en el Instituto Tecnológico de Massachusetts. La energía dirigida que sale del taladro es capaz de vaporizar cualquier roca; con él esperan llegar a veinte kilómetros de profundidad, una distancia inalcanzable con las perforadoras mecánicas habituales. A esta profundidad se miden quinientos grados centígrados, temperatura capaz de hacer que funcione la turbina de una central térmica. 
Para aprovechar las infraestructuras existentes y conseguir que la implantación de esta fuente de energía sea barata sus promotores pretenden perforar donde ya existen centrales térmicas, que usan combustibles fósiles. Las centrales tradicionales se adaptarían para utilizar la nueva fuente de calor: las turbinas funcionarían con el vapor de agua procedente del pozo geotérmico en vez de con el vapor de agua generado por la quema de combustibles fósiles.
La geotermia es la fuente primaria de energía limpia que proporciona el suministro más estable de la Tierra, casi inagotable, activa todos los días y durante las veinticuatro horas del día, sin combustibles, sin residuos, sin limitaciones geográficas -podría implantarse en cualquier lugar si se consiguen tales profundidades-, y a un coste reducido; exigiría usar menos suelo y materias primas que otras energías renovables. También eliminaría la necesidad de los combustibles fósiles, por lo que la economía crecería sin generar dióxido de carbono. Con una décima del uno por ciento del calor interno terrestre se alimentaría la civilización durante millones de años. Señalan sus promotores: “La geotermia puede proporcionar la escala de energía adecuada para nuestra civilización y cuenta con una mano de obra, una cadena de suministro y un marco normativo establecidos para hacerlo más rápidamente que la fusión”. ¿Hay alguna verdad en tan optimistas declaraciones? En Islandia, que obtiene electricidad de la energía geotérmica; la factura energética media -electricidad, calefacción y agua caliente- ronda los veinte euros. 
Los ingenieros de Quaise pretenden disponer de un prototipo en el tercer decenio de este siglo. ¡Les deseo éxito!

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