sábado, 8 de julio de 2023

Primeras estrellas


El escritor se pregunta cuántas generaciones tiene que remontarse hacia el pasado para llegar al primer homínido que puede calificar como Homo sapiens. Más de mil generaciones y menos de cien mil: no es capaz de precisar más. Contempla al cielo y se hace la misma pregunta sobre las estrellas: porque sabe que ellas también nacen, viven un tiempo y mueren; si bien su defunción es diferente a la nuestra, pues mientras que unas desaparecen y desparraman su materia por la galaxia, como si seres humanos fuesen, otras, envejecen lentamente y no llegan a morir, al menos hasta ahora no lo ha hecho ninguna. Nuestro Sol pertenece a la última generación, la tercera. Sí, existen muy pocas generaciones de estrellas; de lo que colegimos que su formación o bien es un fenómeno relativamente reciente o bien que nuestro universo es relativamente joven. Los astrónomos se inclinan por la segunda posibilidad, pues en el universo recién nacido pronto aparecieron las primeras estrellas; apenas había transcurrido algo menos del dos por ciento de la edad del cosmos, cuando, doscientos cincuenta millones de años después del Big Bang, comenzaron a nacer las primeras estrellas. ¿Con qué materia se hicieron? Con la que había, átomos de hidrógeno y átomos de helio -no había otros- que se agrupaban en nubes. Ésa es la mayor diferencia entre el ambiente en el que nacieron las primeras estrellas y las que nacen ahora: porque el medio en el que se forman las estrellas ahora contiene, además de los dos átomos mencionados, todos los elementos, desde el silicio y oxígeno, hasta el oro o uranio, pasando por el hierro. Las primeras estrellas fueron más grandes -diez veces mayores que el Sol-, muy masivas -centenares de veces superiores a nuestra estrella- y calientes -su superficie alcanzaba los cien mil grados-. De tales características colegimos que emitían luz predominantemente ultravioleta; luz que arrancó los electrones de los átomos de hidrógeno, inició el proceso de reionización e iluminó el universo que había permanecido oscuro hasta el nacimiento de las primeras estrellas. Éstas vivieron un tiempo relativamente corto, apenas unos cuantos millones de años (el Sol vivirá diez mil millones); algunas de ellas, al final de su vida, explotaron como supernovas y como consecuencia enriquecieron el medio interestelar con los elementos recién sintetizados. Es en ese medio enriquecido donde posteriormente se formaran las nuevas generaciones estelares.

No hay comentarios: