sábado, 3 de junio de 2023

La enfermedad del trébol dulce y el sintrom

 
Nos situamos en el 1943, año en el que Henrik Dam recibió el premio Nobel de Medicina. ¿Su mérito? Descubrió la vitamina K, molécula que activa proteínas imprescindibles para la coagulación de la sangre; hoy se sabe que la vitamina K también es necesaria para tener los huesos sanos. Las hojas verdes de las hortalizas contienen vitamina K1, las bacterias intestinales producen la vitamina K2; las vitaminas K3, K4 y K5 son sintéticas.
Retrocedamos a principios del siglo XX; en esa época algunos granjeros canadienses y norteamericanos lamentan que su ganado vacuno muera debido a hemorragias. Un veterinario, Frank Schofield, postula que el deceso se debe a la alimentación, a que los animales comen trébol dulce (Melilotus) con moho. Para comprobar su teoría alimentó a unos conejos con heno seco y a otros con heno húmedo: éstos últimos murieron, como las vacas. Sin embargo, la comunidad científica ignoró su descubrimiento. Otro veterinario, Lee M. Roderick, descubrió que prevenía la enfermedad si evitaba que el ganado comiese forraje con moho; y si ya lo habían comido, la transfusión de sangre de una vaca sana salvaba a la res enferma.
Demos otro salto en el tiempo. Por casualidad, el químico Karl Link se entera de las dificultades económicas que pasan los granjeros a quienes se les muere el ganado por hemorragias; y se propuso aislar el agente coagulante que tenia el trébol dulce con moho. Lo hizo; pero la historia continúa porque Link se planteó la posibilidad de utilizar el compuesto recién identificado, llamado dicumarol, o alguno similar, como raticida; así descubrió la warfarina, un potente veneno para matar ratas y ratones. A todo esto, los médicos habían experimentado con el dicumarol como anticoagulante en los humanos, pero no habían quedado satisfechos con los resultados. El azar, de nuevo, jugó un destacado papel; pues un recluta norteamericano quiso suicidarse con el raticida; internado en un hospital porque la warfarina no conseguía matarlo, y tratado por Link con vitamina K, se recuperó. El caso sirvió para que la warfarina se convirtiera en un anticoagulante usado para prevenir las trombosis; pero no se generalizó su empleo hasta que el presidente de Estados Unidos, Dwight Eisenhower, sufrió un infarto de miocardio y se trató con la warfarina. No se detuvo la investigación; hoy se usa otro compuesto similar, el popular sintrom (acenocumarol), para el tratamiento de las trombosis.

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