sábado, 10 de junio de 2023

Peligrosa explosión estelar


Los observadores que, en el hemisferio sur, miren al cielo verán Eta Carinae, la estrella más enigmática y, quizá, más peligrosa.
Eta Carinae -estrella binaria formada por Eta Carinae A y Eta Carinae B, su hermana menor- brilla cinco millones de veces más que nuestro Sol y es muy inestable; vertiginosos cambios en su brillo nos indican que está al borde de la autodestrucción. Su inusual comportamiento se debe a su enorme masa, cien veces la del Sol, y a que quema tan rápido su combustible, que la energía lumínica producida expulsa o agita sus capas exteriores.
En el año 1677 se catalogó como una estrella corriente, apenas visible; durante el siglo y medio siguiente su brilló aumentó y disminuyó repetidas veces; hasta que en 1843 se convirtió en la segunda estrella más brillante del cielo, superada por Sirio, que está mil veces más cerca; a continuación se desvaneció de nuevo en la oscuridad. ¿Qué sucedió? En Eta Carinae había estallado una enorme burbuja de dos lóbulos de gas brillante, llamada nebulosa Homúnculo, que, incluso hoy, pueden verse. La cantidad de material expulsado es suficiente para hacer varios soles, pero para Eta Carinae fue sólo un estallido en su corta y violenta vida.
La mayoría de las estrellas viven miles de millones de años, no las estrellas masivas, que agotan su combustible en uno, o unos pocos millones de años; todas éstas últimas terminan igual: como supernovas, gigantescas explosiones de estrellas que dispersan sus restos por la galaxia. No obstante, Eta Carinae es un caso tan extremo que existe otra posibilidad de óbito: como una hipernova, cuyo brillo, en su apogeo, eclipsa a la galaxia. Resulta difícil describir la violencia del suceso; si estuviera cerca acabaría con la vida terrestre. Afortunadamente está lejos, la luz que emite tarda siete mil quinientos años en llegar, aún así la enorme cantidad de radiación electromagnética de alta energía todavía daña no tanto a los humanos, protegidos por la atmósfera, como a los satélites y astronautas. 
En 1998, de repente, sin advertencia previa, Eta Carinae duplicó su brillo durante año y medio. ¿Qué pasó? Nadie lo sabe. Los astrónomos, como los geólogos que observan a un volcán que tiembla, esperan. Eta Carinae podría estallar en cualquier momento, o continuar arrojando gas hasta el día, quizá mañana, quizá dentro de miles de años, que explote: será la explosión más violenta que los ojos humanos hayan presenciada.

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