sábado, 25 de marzo de 2023

La piel


Algunas veces un texto científico deja tan sorprendido al escritor que, si no fuera porque la revista leída tiene máxima credibilidad científica, se dejaría tentar por el escepticismo; eso me sucedió con unas reflexiones que se publicaron en Nature (2018).
La boca y la nariz, o sea, los órganos que usamos para comer y respirar, son las dos vías habituales por donde los contaminantes ambientales entran en nuestro organismo; la piel, el órgano más extenso del cuerpo, es otra vía, menos conocida. No hay dudas al respecto: sabemos que, sumergidos en aguas medicinales, podemos absorber medio litro en un día a través de la piel. Hay maneras, no tan evidentes como la zambullida en un líquido venenoso o el contacto con un solido perjudicial, de afectar a la piel: la inmersión en una atmósfera contaminada. Todos hemos comprobado que a través de los poros de la piel se suda; pero esa misma porosidad permite la absorción de micropartículas y moléculas contaminantes disueltas en el aire. Disponemos de datos experimentales para corroborar la hipótesis: las dermatitis crónicas y el envejecimiento cutáneo abundan más en quienes viven en atmósferas contaminadas. El smog de Madrid, las nubes de plaguicidas de los invernaderos andaluces o el humo de los incendios forestales gallegos contienen sustancias peligrosas que penetran a través de los poros de la piel: las minúsculas partículas procedentes del polvo y hollín suspendidos en el aire forman radicales libres que lesionan el ADN de las células cutáneas; las dañinas moléculas de los hidrocarburos aromáticos policiclícos se disuelven en las grasas cutáneas, pasan a la sangre y de ahí se expanden a todo el organismo. El efecto más frecuente es la irritación cutánea, pero los perjuicios pueden ser peores: infertilidad, asma, cáncer y neuropatías.
Los ftalatos, presentes en el ambiente doméstico, se asocian con los desequilibrios hormonales en los infantes y el desarrollo anormal de los fetos. Para comprobar si se absorben por la piel se hizo una prueba. Se encerró a varias personas durante seis horas en una habitación cuya concentración de ftalatos era elevada; y se midió la absorción en dos condiciones diferentes: cuando los sujetos llevaban una escafandra para respirar aire limpio y cuando no la tenían. Se halló que los participantes absorbían tanta, o más, cantidad de ftalatos a través de la piel que través de los pulmones. ¿Con cuántas sustancias insanas presentes en el ambiente sucederá lo mismo? 

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