sábado, 11 de marzo de 2023

Infecciones de hongos


Apenas nos percatamos de que los hongos son compañeros habituales nuestros: sin embargo, están ahí: fíjense en el moho que recubre una naranja o el queso o el pan. Ni son vegetales, como creen algunos, ni tampoco animales: constituyen un reino propio de seis millones de especies, más o menos, desde las levaduras con los que hacemos yogures, cerveza y pan, hasta las setas que degustamos. Y son diferentes a los miembros de los otros reinos: no hacen la fotosíntesis como los vegetales; ni sus células carecen de paredes, que sí tienen los animales; y disponen de un núcleo celular donde guardar su ADN, que no tienen las bacterias. Abundan: cada uno de nosotros inhala del aire, como mínimo, mil esporas de hongo diarias. Aunque se conocen sólo trescientas especies causantes de enfermedades humanas, recordemos unos datos para apreciar su peligrosidad: aproximadamente trescientos millones de personas (ocho millones en España) sufren micosis cada año, y millón y medio fallecen. Nos protegen de ellos, tanto nuestras defensas inmunitarias como nuestra temperatura corporal, más alta que su temperatura óptima: la piel por estar más fría, sufre sus ataques; como las candidiasis, la tiña y los hongos en los pies o en la ingle. Sin embargo, cada vez somos más vulnerables porque aumenta el número de personas cuyo sistema inmunitario está debilitado: de forma natural, por vejez o por cáncer, o porque usamos medicamentos que lo debilitan, a causa de enfermedades autoinmunitarias como la artritis. Otras actividades humanas contribuyen a nuestra vulnerabilidad: fumigar los cultivos con fungicidas vuelve a los hongos resistentes; la adaptación de los hongos al calentamiento climático antrópico acerca su temperatura óptima a la nuestra.
En resumen, los hongos amenazan nuestra alimentación y salud. En el siglo XIX un hongo arruinó la cosecha de patatas de Irlanda: uno de cada ocho irlandeses murió de hambre; en el mismo siglo, otro hongo devastó los cafetos hindúes; olmos y castaños se secan debido a infecciones fúngicas; los hongos destruyen la quinta parte de los cultivos alimentarios del mundo. Por si fuera poco, varios hongos, que causan peligrosas infecciones humanas, se están propagando por el planeta: la Candida auris mata hasta dos de cada tres infectados; el Aspergillus fumigatus asesina a quienes tienen el sistema inmunitario debilitado.
Desgraciadamente, si bien existen muchos antibióticos contra las bacterias, hay muy pocos contra los hongos… y con las resistencias peor todavía. Tampoco hay vacunas, aunque se trabaja para conseguirlas. 

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