sábado, 1 de mayo de 2021

El viento


Luz y sombra, dos ciervas velocísimas,


huyen hacia la fontana de aguas frescas,


centro de todo.

¿Vivir no es más que el roce de su viento?

Dejo sin contestación las metafísicas preguntas del poeta Dámaso Alonso, para interesarme por las características físicas del viento. ¿Existen diferencias en la presión atmosférica? ¿Si? Se mueven, entonces, las masas de aire: a eso llamamos viento. Vientos que, si duran poco, se denominan ráfagas; turbonadas si su duración es intermedia (un minuto más o menos) y son fuertes; los vientos de larga duración reciben diversos nombres -brisa, temporal, tormenta o huracán- según cuál sea su intensidad.

El viento ha inspirado la mitología y ha afectado a los acontecimientos históricos; ha extendido el transporte y con él, el comercio y la guerra. En el presente proporciona energía y entretenimiento; impulsa los veleros a través de los océanos y permite reducir el consumo de combustible de las modernas aeronaves; no es desdeñable conocer las anomalías eólicas para evitar el daño de unos y otras; tampoco debemos ignorar la intensidad del viento porque los árboles, o cualquier construcción artificial puede ser destruida por ellos. El viento no sólo nos afecta a nosotros, también atañe a otras especies de la biosfera: interviene en la extensión de los incendios forestales y dispersa las semillas y el polen de numerosas plantas; transporta a las aves y a los insectos voladores; y condiciona las estrategias de caza y defensa de la fauna. 

Es un agente erosivo, en especial en las regiones desérticas, donde los granos de arena y de polvo arrastrados por el viento transforman el relieve. Muchos de los grandes depósitos, especialmente los mares de arena -o ergs- que se observan en el Sahara, probablemente sean el resultado de una intensa actividad fluvial durante el Cuaternario (hace dos millones y medio de años); sí, el agua concentra las masas de arena de los desiertos que el viento se encarga de transportar y redistribuir. Los vientos también intervienen en el proceso de sedimentación, ya que, cuando disminuye su velocidad, depositan los materiales que transportan; forman suelos fértiles (loess) o dunas, que se desplazan en la dirección del viento a medida que la arena es arrastrada desde barlovento hacia sotavento. Por último, no me olvido de la destrucción que el viento ocasiona: recuérdense los poderosos tornados, los intensos huracanes o las tormentas de arena y polvo que aterrorizan y destruyen a quienes hallan en su camino. 

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