sábado, 15 de mayo de 2021

Manchas en el Sol


Olvídese el suspicaz lector de las apariencias cuando observe el astro rey: el Sol no permanece inmutable; el ciclo de las manchas solares quizás sea el tipo de variación más conocida. ¿Qué son esas manchas oscuras que se aprecian en la superficie de la estrella? Regiones de intensa fuerza magnética, nada más, nada menos. Los astrónomos han observado que la cantidad de manchas cambia cíclicamente durante períodos de once años: disminuye a un mínimo y luego alcanza un máximo. ¿A qué se debe tal mudanza? A la variable actividad solar: por razones no comprendidas todavía, el campo magnético -el magnetismo- del Sol aumenta y disminuye periódicamente. Si bien los ciclos de manchas se conocían en la antigüedad, hasta el año 1755 no se comenzaron a registrar; por ello, los signos que se observaron, en el año 2020, del nuevo período que comenzó, se refieren al ciclo solar veinticinco; un nuevo cambio en la polaridad del campo magnético del Sol, que se extenderá hasta cerca del año 2030. Debo aclarar que se determina con exactitud el instante del comienzo del nuevo ciclo, que se pronostica débil, cuando los astrónomos disponen de suficientes datos; sin embargo, más que el día del comienzo, nos interesa saber que la actividad solar aumentará gradualmente en los próximos cinco años, hasta alcanzar el máximo en julio de 2025; porque, cuando el magnetismo esté cerca de su máximo, habrá mucha actividad en la superficie del Sol: se producirán, entonces, enormes explosiones, llamadas erupciones solares, que pueden desencadenar eyecciones de masa coronal, en las que miles de millones de toneladas de hidrógeno solar son lanzadas al espacio a grandes velocidades; pudiendo llegar, algunas de ellas, a la Tierra y perturbar su magnetosfera.

Los astrónomos buscan la aparición de las manchas solares con un propósito bien definido: determinar el inicio del ciclo solar y así poder prever las tormentas solares. Tormentas solares cuyos efectos se notan en la Tierra: porque la liberación violenta de la materia de la estrella viaja a través del espacio y puede llegar hasta nuestro planeta, donde afecta a los satélites de comunicaciones, a los sistemas de GPS, a la transmisión de las ondas de radio, a las operaciones de las centrales eléctricas o a la seguridad de la aviación. Consuélense los estetas: en tales casos podrán deleitarse viendo las hermosísimas auroras en los cielos austral y boreal.

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