sábado, 2 de enero de 2021

Útiles diatomeas


Durante el Jurásico, no sólo nadaban, corrían, volaban o reptaban en la superficie del planeta los distintos dinosaurios, que espantan a los niños y adultos timoratos; también aparecieron en ese lejano período terrestre un grupo de seres vivos menos conocido, pero igual o más importante para la biosfera que los monstruosos reptiles: las diatomeas. Algas formadas por una única célula que constituyen uno de los grupos de seres vivos más abundantes del fitoplancton, el conjunto de los organismos acuáticos capaces de hacer la fotosíntesis y por ello, productores primarios de la cadena alimentaria de la biosfera. Quizá la característica más llamativa de las aproximadamente veinte mil especies conocidas de estas algas sea la pared celular que las rodea, constituida por sílice amorfa hidratada (habitualmente llamada ópalo), consistente, generalmente, en dos partes asimétricas; lástima que solamente usando el microscopio puedan apreciarse las variadas y ornamentales formas que presentan. 
Los restos fósiles de las diatomeas constituyen una liviana roca sedimentaria, que se deshace fácilmente en un polvo blanco; se le llama tierra diatomeas (o diatomita) y se aplica como fertilizante en suelos porque no sólo no contamina, sino también aumenta la fertilidad por dos razones: proporciona los micronutrientes necesarios para el crecimiento de los cultivos y reduce la lixiviación (las pérdidas) de elementos esenciales como el fósforo, el nitrógeno y el potasio. El polvo de diatomeas aún tiene otro uso agrícola: como insecticida, inocuo para las plantas y animales vertebrados, perfora el exoesqueleto de los insectos a los que deshidrata hasta matarlos. Menos pacífico, pero igual de útil, este material, formado por partículas microscópicas muy regulares, sirve para la fabricación de dinamita: la nitroglicerina, compuesto inestable que explota con facilidad, reduce su peligrosidad si está embebida en tierra de diatomeas. Consuélese el pacífico lector recordando que la construcción túneles por los que pasan carreteras y ferrocarriles sería mucho más dificultosa sin el uso de explosivos. Las diatomeas, capaces de contener entre el veinticinco y el cuarenta y cinco por ciento de lípidos, también pueden cultivarse en fotorreactores para producir biodiésel o ácidos grasos poliinsaturados.
Estas algas no sólo nos interesan porque nos permiten conocer mejor el pasado -con ellas determinamos el clima pretérito-, sino también porque tienen posibles aplicaciones futuras; si los expertos son capaces de comprender su biomineralización tal vez sean capaces de imitarlas o servirse de ellas para producir nanoestructuras específicas de sílice, o sea, vidrios con potenciales aplicaciones nanotecnológicas. 

2 comentarios:

C. Armesto dijo...

Estimado amigo

Las diatomeas, aun siendo desconocidas por la mayoría del público, son más abundantes de lo que pudiera parecer, pues constituyen casi la mitad del material orgánico que se encuentra en los océanos y generan entre la quinta parte y la mitad del oxígeno anual producido en el planeta.

Saludos

C. Armesto dijo...

Estimado amigo

Insisto en el tema, aunque las diatomeas sean unos miembros de la biosfera casi desconocidos pueden sernos enormemente útiles. ¿El dióxido de silicio que las diatomeas usan para crear sus paredes celulares podría usarse como componente de las células solares fotovoltaicas? Algunos investigadores trabajan en ello.

Saludos