sábado, 28 de marzo de 2020

Fatiga crónica



     Los enfermos buscan la ayuda de un médico y éste les hace pruebas de la función renal, hepática, cardíaca o pulmonar. Los resultados, normales, provocan que, a menudo, el médico clasifique el padecimiento del paciente como una enfermedad imaginaria. Trescientos mil españoles afectados por el síndrome de fatiga crónica se encuentran en esa circunstancia. ¿Qué les sucede? Todos presentan una fatiga intensa persistente; además, tienen sueño no reparador, intolerancia a la luz y al sonido, cefalea, inexplicable dolor en los músculos y articulaciones, sensación de estado gripal permanente y faringitis crónica. Algunos médicos, y muchos químicos, defienden la hipótesis de que la causa del síndrome es psíquica o psicosomática, yo sostengo otra hipótesis; que diferentes síndromes, como la sensibilidad química múltiple, la fatiga crónica o la fibromialgia, son enfermedades orgánicas ambientales, consecuencia -sospecho- de que, en poco más de medio siglo, los humanos hemos alterado el ambiente que nos rodea de una manera extrema. Hasta hace poco ambas hipótesis eran posibles, porque la enfermedad carecía de una prueba diagnóstica irrefutable. En el 2019 puede descartarse la hipótesis psíquica: R. Esfandyarpour, R. Davis y otros investigadores de la Universidad de Stanford elaboraron un análisis de sangre capaz de detectar la enfermedad. La prueba se basa en comparar la respuesta al estrés de las células inmunitarias y plasmáticas de los enfermos con las de los sanos. Para ello se pasa una corriente eléctrica a través de muestras de sangre a las que se les ha añadido agua y sal; a continuación se miden minúsculos cambios en ciertas magnitudes eléctricas. El cambio en la actividad eléctrica indica que las células de los enfermos son incapaces de procesar el estrés (inducido por la sal) adecuadamente. En resumen, la prueba identifica sin ambigüedad los enfermos. Según Davis: ”Hay evidencia científica de que esta enfermedad no es una invención de la mente de un paciente. Vemos claramente una diferencia en la forma en que procesan el estrés las células inmunes sanas y las que tienen el síndrome de fatiga crónica”.
     Considerando que la fatiga crónica es una de las enfermedades que producen sensibilidad neuronal central, oso pensar que la prueba descubierta -u otra similar- también valdrá para identificar a los afectados por la sensibilidad química múltiple y la fibromialgia; se lograría así que los pacientes no tuviesen que añadir la incomprensión a los sufrimientos que padecen.

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