sábado, 1 de febrero de 2020

Velutinas y abejeros



     Fenicios, griegos, cartagineses, romanos, visigodos, árabes, los invasores que ha tenido el territorio que ahora llamamos España, encrucijada de dos continentes, han sido múltiples y variados. También ahora la península ibérica sufre invasiones, aunque no de humanos, sino de animales, como el mejillón cebra, la almeja asiática o el visón americano; pero no me voy a referir a mamíferos ni a moluscos foráneos, sino a la avispa asiática, la Vespa velutina, una especie invasora que llegó a Europa en el año 2004, procedente de regiones asiáticas donde el clima es similar al nuestro, y que, por ello, se ha adaptado muy bien al oeste europeo.
     Los apicultores están desolados: tienen motivo. Las avispas asiáticas afectan a la biodiversidad, porque se alimentan, como las demás avispas, de insectos autóctonos (las abejas mielíferas incluidas), causan, entonces, estragos en las explotaciones apícolas, amenazan las colmenas poniendo en peligro la producción de miel, merman, por tanto, el importante papel polinizador de las abejas y, por si fuera poco, perjudican la producción frutícola, ya que una parte importante de su dieta está formada por frutas. En lo que se refiere a su relación con los humanos cabe argumentar que no son más peligrosas que las otras avispas (la composición de su veneno es igual al de las avispas autóctonas), si bien su expansión por las zonas urbanas aumenta el riesgo de las picaduras. Tranquilícese el medroso lector, el calificativo de asesinas que se le da a estas avispas no se debe a que ataquen a las personas, sino a que matan a las abejas para alimentarse de ellas.
     ¿Existe alguna remedio? Las abejas asiáticas, que llevan conviviendo mucho tiempo con las avispas asiáticas, no padecen tanta depredación como las europeas, porque han aprendido a defenderse; las abejas europeas esperemos que, más bien pronto que tarde, hagan lo mismo que sus homólogas asiáticas. Mientras tanto… sabemos que existen plagas de ciervos y jabalíes en algunas regiones españolas, también plagas de gaviotas y palomas. Con éxito se han empleado águilas y halcones contra estas últimas; imbuidos de ese conocimiento, los zoólogos buscan un depredador de la avispa asiática y parece que lo han encontrado en el abejero europeo, un ave rapaz migratoria relativamente escasa en la península ibérica que se alimenta sobre todo de avispas y abejorros; los entomólogos han constatado que esta ave ha incorporado la velutina a su dieta. ¡Bendito sea! ¡Protejámosla!

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