sábado, 4 de febrero de 2017

Impedir la infección de cualquier virus


¿Le gustan al lúdico lector las películas de ciencia ficción? ¿Sí? ¿Le aterrorizó “Alien, el octavo pasajero”, dirigida por Ridley Scott? Pues así actúan los virus: entran en una célula, se reproducen en ella y la revientan. A nadie extrañará que debamos protegernos de tan desagradables inquilinos; pero el tratamiento de las infecciones virales es una tarea difícil: no sólo porque cada virus tiene una estructura diferente, sino también porque mutan rápidamente y desarrollan resistencia a los fármacos con facilidad; no debemos olvidar que por esta razón los médicos diseñan una vacuna antigripal distinta cada año.
En 2016, un equipo investigadores de EEUU, Japón y Singapur, encabezados por Koji Ichiyama, cambió la estrategia tradicional que se usa para prevenir la infección viral: en vez de fijarse en el ADN o el ARN viral, apuntaron a las glucoproteínas que se encuentran en la envoltura de todos los virus animales; con estas proteínas –que tienen la singularidad de habérseles unido azúcares-  se adhieren a las células, primer paso antes de penetrar en ellas, infectarlas y, desgraciadamente, hacernos enfermar. La novedad consistió en crear una macromolécula que, en esencia, es una molécula gigante con la capacidad de atraer virus mediante atracciones electrostáticas, unirse a ellos e impedir que se adhieran a las células sanas y penetren en ellas; además neutraliza la acidez del virus para frenar su replicación. Los investigadores han añadido otra arma más a la macromolécula sintética: el azúcar manosa, que se adhiere a las células inmunes con la finalidad de acercarlas al virus y facilitar su aniquilación. El amplio espectro de actividad antiviral se debe a su mecanismo destructivo: como se basa en el enlace entre las moléculas de la envoltura vírica con la macromolécula artificial, el virus es inactivado mute o no mute, previniendo así el desarrollo de la resistencia al fármaco.

La labor investigadora no concluyó hasta que los investigadores comprobaron la utilidad de su invento; para ello ensayaron el nuevo polímero sintetizado con muchos virus, entre los que incluyeron el de la gripe, el dengue, el herpes simple, el Ébola, el Chikungunya, el Enterovirus 71 y el Marburg; se previno con eficacia la infección de cualquiera de ellos en células de mamíferos, humanos incluidos. Un tratamiento capaz de impedir la infección por cualquier virus ya está más cerca. ¡Celebrémoslo!

No hay comentarios: