¿Le
gustan al lúdico lector las películas de ciencia ficción? ¿Sí? ¿Le aterrorizó
“Alien, el octavo pasajero”, dirigida por Ridley Scott? Pues así actúan los
virus: entran en una célula, se reproducen en ella y la revientan. A nadie
extrañará que debamos protegernos de tan desagradables inquilinos; pero el
tratamiento de las infecciones virales es una tarea difícil: no sólo porque
cada virus tiene una estructura diferente, sino también porque mutan
rápidamente y desarrollan resistencia a los fármacos con facilidad; no debemos
olvidar que por esta razón los médicos diseñan una vacuna antigripal distinta
cada año.
En
2016, un equipo investigadores de EEUU, Japón y Singapur,
encabezados por Koji Ichiyama, cambió la estrategia tradicional que se usa para
prevenir la infección viral: en vez de fijarse en el ADN o el ARN viral,
apuntaron a las glucoproteínas que se encuentran en la envoltura de todos los
virus animales; con estas proteínas –que tienen la singularidad de habérseles
unido azúcares- se adhieren a las
células, primer paso antes de penetrar en ellas, infectarlas y,
desgraciadamente, hacernos enfermar. La novedad consistió en crear una
macromolécula que, en esencia, es una molécula gigante con la capacidad de
atraer virus mediante atracciones electrostáticas, unirse a ellos e impedir que
se adhieran a las células sanas y penetren en ellas; además neutraliza la
acidez del virus para frenar su replicación. Los investigadores han añadido
otra arma más a la macromolécula sintética: el azúcar manosa, que se adhiere a
las células inmunes con la finalidad de acercarlas al virus y facilitar su aniquilación.
El amplio espectro de actividad antiviral se debe a su mecanismo destructivo:
como se basa en el enlace entre las moléculas de la envoltura vírica con la macromolécula artificial, el
virus es inactivado mute o no mute, previniendo así el desarrollo de la
resistencia al fármaco.
La
labor investigadora no concluyó hasta que los investigadores comprobaron la
utilidad de su invento; para ello ensayaron el nuevo polímero sintetizado con
muchos virus, entre los que incluyeron el de la gripe, el dengue, el herpes simple, el
Ébola, el Chikungunya, el Enterovirus 71 y el Marburg; se previno con eficacia
la infección de cualquiera de ellos en células de mamíferos, humanos incluidos. Un tratamiento capaz
de impedir la infección por cualquier virus ya está más cerca. ¡Celebrémoslo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario