Me
lo contó el protagonista, hombre con una imagen y vestuario sumamente estrafalarios.
Terminada su jornada laboral, se marchaba paseando desde su oficina hacia su
hogar. A mitad de camino fue reconocido por una viandante y detenido por la
policía como exhibicionista. Su fortuna consistió en que durante la hora del
delito aún estaba con sus compañeros en el trabajo. ¿A qué se deben estos aparatosos
fallos de la memoria? Elisabeth Loftus y John Palmer han estudiado el efecto de
la información engañosa. En un trabajo publicado en 1974 con el título “Un
ejemplo de la interacción entre el lenguaje y la memoria” describen dos
experimentos. En el primero, a unos sujetos se les proyectan varias películas
sobre accidentes automovilísticos; después deben contestar a un cuestionario. La
pregunta clave que interesa evaluar es ¿con qué velocidad estiman los
espectadores que se mueven los coches en el momento del choque? La estimación
más alta de la velocidad depende del verbo que se emplea para designar el
choque: estrellar, colisionar, contactar, golpear, acercar. Cuanto más fuerte
fuese el verbo (estrellar) más rápida era la estimación de la velocidad. Los
psicólogos habían demostrado que el verbo usado en la pregunta podía sugerir una
respuesta. El segundo experimento se realizó una semana más tarde. Los
psicólogos comprobaron que quienes habían estimado más alta la velocidad eran
más propensos a contestar afirmativamente la pregunta ¿has visto algunos
vidrios rotos? Lo sorprendente era que la película no contenía escenas en las
que apareciesen cristales rotos. Parece que las preguntas planteadas sobre un
suceso pueden causar que se reconstruya la memoria sobre el suceso.
El
experimento muestra que es muy fácil implantar falsos recuerdos o modificar un
recuerdo real, un recuerdo de un suceso reciente vivido en un estado normal. Y
ahora hago las siguientes preguntas ¿Jueces y policías saben que los testigos
pueden equivocarse de buena fe? ¿En algunos casos los psicólogos pueden, sin
advertirlo, hacen creer a sus pacientes que han sufrido supuestas violaciones
infantiles? ¿Los historiadores son conscientes del fenómeno cuando interrogan a
los actores de hechos pasados? ¿Cualquier tiempo pasado fue mejor?
Volverán
las oscuras golondrinas
en
tu balcón sus nidos a colgar,
y
otra vez con el ala a sus cristales,
jugando
llamarán;
pero
aquellas que el vuelo refrenaban
tu
hermosura y mi dicha al contemplar;
aquellas
que aprendieron nuestros nombres,
esas...
¡no volverán!
Ignoro cómo funciona la memoria de las
golondrinas, pero la de los humanos –sin duda- comete errores estrepitosos.
1 comentario:
Es un tema muy preocupante este, sobre todo para todo el ámbito de lo penal.
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