sábado, 1 de octubre de 2016

Capsaicina y pimientos


No me cabe duda que, en estos tiempos, un químico debe aprender a cocinar; no sólo para aprovechar las cualidades gastronómicas de los diferentes alimentos o minimizar los aditivos que contienen, sino también para beneficiarse de sus propiedades farmacológicas. Mientras degustaba pimientos, un exquisito vegetal importado de América, también ilustraba a los comensales sobre ellos: además de contener el imprescindible magnesio poseen más vitamina C que las naranjas -al menos los rojos-. Como planta perteneciente a la familia de las solanáceas –continuaba con mi disertación- tienen pequeñas cantidades de alcaloides; uno de ellos, la capsaicina, determina el característico sabor picante. Por cierto, aclararé que las plantas del género Capsicum, que en España llamamos pimientos o guindillas y en América chile o ají, nada tienen que ver con la pimienta (Piper nigrum), si se exceptúa su picor. La capsaicina –decía-. por la sensación de ardor que provoca se utiliza para que los alimentos se vuelvan picantes. Tal vez al curioso lector le interese saber que las papilas gustativas, los receptores del gusto, no intervienen en la detección del picante. ¿Quién, entonces? Los nociceptores, los mismos detectores del dolor que nos informan de algún desperfecto corporal, captan el picor; en concreto, notamos la sensación picante cuando alguna sustancia activa los nociceptores que normalmente nos avisan de que algo está muy caliente para ser ingerido.
Los bioquímicos han comprobado que la capsaicina tienen unas propiedades químicas insospechadas: es antioxidante; anticancerígena, pues induce la apoptosis –el suicidio- de las células cancerosas; también es apta para el tratamiento de lumbalgias y para el alivio de algunos dolores neuropáticos. Su eficacia analgésica se debe a que estimula a las neuronas que producen sustancia P –el neurotransmisor de las neuronas que conducen la sensación dolorosa-; una activación ininterrumpida de los detectores del dolor conduce a una desensibilización de los mismos y, por tanto, al efecto contrario, la analgesia. Los granjeros de África y de la India han descubierto una original defensa contra los grandes destrozos que provocan los elefantes en los cultivos: untan las vallas con chiles y el olor irritante ahuyenta a los enormes mamíferos. Tampoco se desdeña el uso de la capsaicina para repeler animales más pequeños, los violadores, por ejemplo: como arma de defensa personal, las mujeres pueden utilizar un aerosol de pimienta contra ellos. ¡Se lo merecen!… aunque debo recordar que en algunos países está prohibido su empleo. 

4 comentarios:

C. Armesto dijo...

Estimada amiga

La capsaicina es una sustancia química de tamaño medio (tiene dieciocho carbonos) que guarda cierto parecido con la cera: no es soluble en agua, pero si en alcohol y grasas. De lo anterior puedes colegir que beber aceite o leche, pero no agua, te ayudará a eliminar el sabor picante durante una comida.

Cordiales saludos
Epi

C. Armesto dijo...

Estimado amigo

1º La pimienta nada tiene que ver con los pimientos (plantas del género Capsicum), ni con el pimentón (pimientos secos molidos). Se obtiene pimienta de cualquier especie del planta del género Piper (Piper nigrum es la más extendida).

2º La piperina -molécula distinta de la capsaicina- es responsable de las propiedades características de la pimienta.

Saludos

C. Armesto dijo...

Estimada amiga

1º Tienes razón el espray de pimienta, que contiene capsaicina, debería llamarse, espray de pimiento; pero no es así. Ignoro por qué.

2º En España, la posesión del espray de pimienta está permitida.

Saludos

C. Armesto dijo...

Estimado amigo

Pimientos verdes, amarillos o rojos hablamos del mismo vegetal, sólo que se encuentra en diferente fase de maduración; por eso el cambio de color y sabor (incluso de precio). A medida que maduran (de verde a rojo pasando por amarillo) aumenta su contenido en vitamina C y betacaroteno. En cualquier caso, no rehúyo manifestar mi opinión: son exquisitos.

Saludos