sábado, 16 de mayo de 2015

Medusas invasoras


     El animal más venenoso del mundo no es una serpiente, ni una araña o escorpión, ni siquiera el peligroso y exquisito pez globo que degustan los japoneses; el primer puesto -casi seis mil muertes en el último medio siglo- se lo lleva una medusa, una cubomedusa, la Chironex fleckeri, también llamada avispa de mar, que vive al norte de Australia. Es tan intenso el dolor de sus picaduras que la víctima puede quedarse inconsciente y ahogarse; el desafortunado bañista que sea picado por uno de estos gelatinosos animales sufrirá un colapso posiblemente mortal en pocos minutos, pues las toxinas atacan al corazón, el sistema nervioso y la piel. El veneno de las diferentes especies de medusas -que usan para paralizar a sus presas- puede ser más o menos tóxico, pero todas poseen tentáculos repletos de células urticantes; células que disparan pequeños arpones emponzoñados, cuando un pequeño pelo, sensible a las vibraciones del agua, detecta un objeto en sus inmediaciones.
    Durante quinientos millones de años estos invertebrados formados casi exclusivamente por agua (el noventa y cinco por ciento de su cuerpo es líquido) han vivido flotando en la superficie de los mares, donde abunda su alimento. Las medusas son animales viajeros que se trasladan a una velocidad moderada y se mueven gracias a que su cuerpo –de forma acampanada- se contrae rítmicamente consumiendo muy poca energía. Prefieren la mayor salinidad del mar abierto; pero se acercan a la orilla si crece la salinidad en las costas porque los ríos –debido a una sequía o a una extracción excesiva- aportan menos agua dulce al mar. La escasez de depredadores, debido a la pesca excesiva, probablemente ha contribuido al aumento de sus poblaciones y a las plagas de medusas que alteran los ecosistemas marinos e invaden las costas.
     Tal vez el curioso lector se pregunte si existen medusas gigantes del tamaño de embarcaciones como apuntan las leyendas. A pesar de que algunos observadores han citado varios avistamientos, los zoólogos no han confirmado ninguno. Sin embargo, sí existe una especie, llamada medusa gigante (o medusa nomura), en las aguas que rodean Japón; su tamaño duplica la longitud de una persona adulta y su peso sobrepasa los doscientos kilos; por si fuera poco contiene toxinas que, sin ser de las más peligrosas, puede ser letales en grandes cantidades.
     ¿Al plácido lector le disgustan las medusas que encuentra en la playa? Proteja las tortugas marinas: se alimentan de ellas.

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