sábado, 22 de noviembre de 2014

Corrimiento al rojo


III….OOO. Así suena la sirena de la ambulancia que se acerca a nosotros para alejarse después. Si nos detenemos a analizar lo que hemos oído notamos que el tono del pitido se vuelve más alto cuando el vehículo viene que cuando se va. Efectivamente, los físicos han comprobado que la frecuencia del sonido aumenta o disminuye según el emisor se mueva hacia nosotros o se aparte. Y más de alguno ha maldecido la precisión de este efecto, al recibir una multa por exceso de velocidad, velocidad que un meticuloso policía ha calculado usando un aparato medidor de frecuencias.

Con la luz sucede el mismo fenómeno: la frecuencia –o sea el color, dicho con otras palabras- de la luz emitida varía cuando la luminaria se mueve. Así lo comprueban los astrónomos al analizar la luz de las estrellas de nuestra galaxia y compararla con la del Sol. Al descomponerla en sus colores componentes observan unas líneas oscuras que corresponden a las frecuencias de la luz que absorbieron los átomos estelares; pues bien esas frecuencias tienen un valor diferente que el que presentarían si los átomos estuviesen en la Tierra. Deducen del fenómeno que, si la frecuencia disminuye, la estrella se aleja y, si la frecuencia aumenta, la estrella se acerca (para entendernos, si se tratase de luz amarilla diría que el color podría convertirse en rojo o azul según se aleje o acerque); y observan la misma cantidad aproximadamente de unas como de otras. Surgió la sorpresa al repetir el análisis con la luz de las galaxias: las frecuencias detectadas en la luz emitida por cada una eran ligeramente inferiores a las que detectaban en el Sol (llamaron desplazamiento hacia el rojo al fenómeno, porque los valores medidos se acercan a la frecuencia de la luz roja). Coligieron que todas las galaxias se alejan entre sí; y que, por lo tanto, en algún momento debieron estar juntas: suponemos que ese momento constituye el origen del universo.

Inmediatamente los astrónomos trataron de averiguar el tiempo que han tardado en separarse las galaxias hasta el momento actual: para ello midieron la distancia a que se encuentran dos galaxias y su velocidad de alejamiento, hicieron el cociente entre ambos valores y el tiempo obtenido, trece mil ochocientos millones de años, corresponde aproximadamente a la edad del universo. Y digo aproximadamente porque he obviado algunos matices en esta deducción.

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