Nadie
duda de la importancia del sonido para la comunicación. Los humanos tenemos un oído
capaz de captar ondas sonoras de una frecuencia comprendida entre veinte y veinte
mil hertzios. Sabemos que delfines y murciélagos emiten sonidos a frecuencias
superiores (ultrasonidos), ¿existen también sonidos naturales (infrasonidos) cuya
frecuencia sea menor? Seguro; y los detectan muchos animales, pero no nuestro
oído. Un elefante los emplea para avisar a otro, alejado cuatro quilómetros; los
rugidos de los tigres contienen infrasonidos que tienen un efecto paralizante
en sus presas; los perros oyen silbatos inaudibles por nosotros; los rinocerontes
y jirafas captan los infrasonidos de la lluvia lejana; más aún, probablemente muchos
animales captaron los infrasonidos producidos por el maremoto del océano Índico
en 2004, y escaparon. Además de los maremotos, los ciclones, vientos, turbulencias atmosféricas, la entrada de meteoritos en
la atmósfera, las tormentas marinas, olas, erupciones volcánicas y terremotos también
los generan; si añadimos que su alcance supera con creces al de los sonidos (en
el aire las ondas de mil hertzios recorren siete
kilómetros, las de un hertzio tres mil) el lector prudente apreciará la importancia de su detección para prevenir los desastres naturales.
Los
motores, los sistemas de ventilación o calefacción, y el movimiento de grandes
masas en una industria también producen infrasonidos; igual que los sonares de
baja frecuencia (LFAS), cuya elevada potencia de emisión, probablemente, desorienta
o mata a ballenas y demás cetáceos. Y no sólo a ellos; los efectos fisiológicos
de los infrasonidos -producen resonancias- en el cuerpo humano apenas se están
comenzando a descubrir. Los síntomas de la exposición son alarmantes: pérdida
de equilibrio y de visión, dificultad de respiración y habla, dolor e incluso
daño; temporalmente, desorientación, náuseas y pérdida de control de los
esfínteres. No puede sorprendernos que el bajo rendimiento laboral, el fracaso
escolar o los accidentes de tráfico acompañen a los sufridos receptores. Parece
que existen dos frecuencias críticas: las ondas de siete hertzios impiden el
trabajo intelectual y las de doce provocan malestar (incluso a intensidades y
tiempos de exposición pequeños). Unos datos nos certifican su peligrosidad: si su intensidad supera ciento ochenta
decibelios desgarran los pulmones; entre ciento veinte y ciento cuarenta probablemente
causan la fatiga de automovilistas y aviadores; sólo los inferiores a ciento
veinte resultan inocuos. Adivino que al sorprendido lector no le extrañará que se
hayan construido armas con infrasonidos, ni que se proyecte utilizarlos para
disolver multitudes.
11 comentarios:
Estimado amigo
Es probable que la creencia en los fantasmas se deba a los infrasonidos. Te explico:
En el año 1998, Vic Tandy publicó un estudio que tituló The Ghost in the machine; en él que explicó cómo los infrasonidos pueden crear la impresión de sitios embrujados.
Primero averiguó que los infrasonidos de 18,98 Hz de frecuencia pueden resonar en los humores del ojo humano; en tal caso, el sujeto percibe movimientos (inexistentes) en los costados del campo visual.
En el laboratorio de Tandy un ventilador causó los infrasonidos de 18,98 Hz; tales infrasonidos, al resonar en los humores del paciente, provocan ilusiones ópticas que los más crédulos interpretan como fantasmas. En los lugares embrujados sucede algo parecido.
Saludos cordiales de Epi
Estimado amigo
Las imágenes (ecografías) de los fetos que se hallan en el útero de la mujer embarazada se obtienen con ultrasonidos.
Los ultrasonidos no son radiaciones electromagnéticas como la radiación ultravioleta, los rayos X, rayos infrarrojos, microondas nu ondas de radio.
Saludos cordiales
Estimado amigo
1º Los humanos percibimos las ondas acústicas cuya frecuencia está comprendida entre 20 y 20 000 Hz, no oímos frecuencias inferiores o superiores. El rango de frecuencias de percepción de otros animales es distinta.
2º No confundas la frecuencia (tonos agudos y graves de sopranos y tenores) con la intensidad de la onda (intensidad de la voz) que se mide en decibelios ( o en w/m2).
Saludos cordiales
Estimado amigo
Resulta difícil saber sobre las armas acústicas, con todo, parece ser que existe una frecuencia infrasónica (7,8 Hz) que, a elevada potencia, induce pánico en las personas; quizá porque rememora el terror de nuestros antepasados cuando acontecía una catástrofe como un terremoto, tsunami o huracán. Estas ondas acústicas, percibidas por el cerebro, activan el instinto de supervivencia para prevenirse del posible peligro inminente, desestabilizan el sistema nervioso provocando ataques de ansiedad e inestabilidad emocional.
Saludos cordiales
Estimado amigo
En las últimas décadas se ha usado la música como arma de guerra. En 1989 las tropas de los Estados Unidos utilizaron música a alto volumen para rendir al presidente panameño Manuel Noriega, refugiado en la embajada del Vaticano. El bombardeo acústico se ha empleado en Irak (Faluya, 2004), también se ha usado contra de los piratas en el mar frente a Somalia (2005).
Saludos cordiales
Estimado amigo
Los infrasonidos se usan para detectar objetos.
¿Por qué? Debido a la escasa absorción de estas ondas por el medio (la absorción es inversamente proporcional a la frecuencia).
El inconveniente consiste en que los objetos detectables tienen que ser grandes.
Saludos cordiales
Estimado amigo
1º Para valorar la mayor o menor peligrosidad de un infrasonido, sonido o ultrasonido la magnitud clave es la intensidad, que es habitual medirla en decibelios (se trata de una intensidad relativa no absoluta). Para que te hagas una idea un murciélago o un delfín que estén cerca de ti pueden estar emitiendo ultrasonidos (alta frecuencia) y tú ni te enteras ni te afecta si la intensidad es baja.
2º A partir de 85 decibelios el sonido es nocivo; el umbral del dolor está en un poco más de cien decibelios.
Saludos cordiales
Estimado amigo
1º El timbre de un sonido es independiente de la frecuencia y de la intensidad del sonido.
2º El timbre nos permite distinguir un instrumento de otro, o identificar la voz de distintas personas; y viene determinado por la cantidad y amplitud de los armónicos que componen un sonido.
3º ¿Qué son, entonces los armónicos?, me preguntarás. Los componentes de un sonido que son múltiplos enteros de la frecuencia más baja o fundamental (que habitualmente percibimos como una nota: do, re, mi, fa, sol, la, si).
Saludos
Estimado amigo
El sonido audible puede: romper el tímpano a ciento sesenta decibelios o colapsar los pulmones a doscientos decibelios.
Saludos
Estimado amigo
1º Es posible que algunos dinosaurios, igual que los elefantes, oyeran infrasonidos.
2º El granizo y as tormentas están entre las fuentes más abundantes de infrasonidos.
3º Los decibelios son una medida de la intensidad sonora relativa. Y la intensidad sonora relativa guarda una relación logarítmica con la intensidad, por tanto, si bien al duplicar la intensidad de un altavoz aumenta la intensidad del sonido que percibes, no se duplican los decibelios iniciales, sino se multiplican por 1,6.
Saludos
Estimado amigo
Los volcanes irradian infrasonidos, ondas sonoras próximas a 1 Hz. Tanto el tono (la frecuencia) como el timbre de un volcán dependen de la forma de su cráter.
Saludos
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