Situémonos, aunque sólo sea con la imaginación, en el período Cretácico, hace cien millones de años, no importa unos millones más o menos. Nos llamaría la atención la geografía, nada parecida a la actual, pues la superficie del planeta estaba dividida, por lo menos, en doce, quizá más, continentes aislados; tal disposición se debió a que el nivel de los mares jamás alcanzó cotas tan altas, tanto, que solamente un dieciocho por ciento de la superficie terrestre permanecía sobre el nivel de las aguas, cuando actualmente la superficie emergida alcanza el veintinueve por ciento. La temperatura, más cálida que la actual, impedía que existiese hielo en los polos; además, la suave diferencia de temperaturas entre el ecuador y los polos redujo las corrientes de aire atmosféricas.
En tierra, el viajero lector observaría multitud de dinosaurios, al Tyrannosaurio rex y a otras criaturas, como las ranas, salamandras, tortugas, cocodrilos y serpientes que proliferaban en las costas, donde abundaban los erizos y estrellas de mar; y en algún momento vislumbraría algún antepasado nuestro, de la familia de las musarañas, correteando por los bosques. Pocos cambios han afectado de forma tan profunda al paisaje terrestre como la aparición, en este período, de las plantas con flores; su rápida dispersión, optimizada con la ayuda de los insectos, abejas y avispas, hormigas y escarabajos consiguió que pronto magnolias y ficus superasen a helechos y coníferas. En los océanos, los tiburones, rayas y peces coexistían con las tortugas marinas y otros reptiles acuáticos. El mar tropical de Tetis, que ocupaba la región que hoy llamamos golfo Pérsico, norte de África, golfo de México y Venezuela, rebosaba de plancton que se convirtió en la mitad de las reservas petrolíferas mundiales. Si levantase la vista podría ver, surcando los cielos, pterosaurios y aves con pelo y plumas.
¿Por qué el viaje a este período concreto del pasado? Para aprender de los cambios climáticos históricos; porque en la historia del planeta, y concretamente durante el Cretácico, han ocurrido otros cambios climáticos debido al efecto invernadero causado por el aumento del dióxido de carbono en la atmósfera. Observamos dos diferencias con el actual cambio climático: el agente causal, la actividad antrópica uno, la actividad volcánica otros; y la rapidez del cambio, entre cien y doscientos años éste, mientras que miles o cientos de miles de años, aquéllos.
¿Se imagina el sagaz lector la tercera parte de los continentes actuales inundados?
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