No
hay dos individuos que muestren las mismas manifestaciones inteligentes. ¿A qué
se debe tamaña disparidad? Parece razonable atribuir al entorno el origen de
las diferencias: somos lo que aprendemos. Nadie nace con un vocabulario incorporado:
todos hemos de aprender palabras. Las diferencias en la experiencia vivida y en
la educación recibida, tienen que ser las
responsables. ¿O no?
Durante
gran parte del siglo XX la mayoría de psicólogos atribuían al ambiente la
diversidad de habilidades cognitivas; en el siglo XXI, sabemos que la herencia influye y que se requiere una interpretación más equilibrada; no se
trata de negar la participación de factores ambientales, se sugiere que las
diferencias genéticas de los individuos condicionan la facilidad del
aprendizaje. Dicho con otras palabras, unos individuos probablemente tienen una
gran capacidad de aprendizaje y otros poseen una capacidad pequeña. Cierto que
un individuo del segundo grupo sobrepasará en habilidades cognitivas al primero,
si los padres y maestros del segundo son muy competentes en la enseñanza, y los
del primero no; pero también es verdad que con una competencia educativa similar
de padres y maestros, los individuos del primer grupo sobrepasarán a los del
primero… si quieren.
¿Es
posible probar, o sea, poner números a estas ideas? ¿En qué medida genes y ambiente influyen en
las habilidades cognitivas de un individuo, en cuanto al vocabulario, pongamos
por caso? Reproduzco las documentadas observaciones que aparecen en un artículo
firmado por Robert Plomin y John DeFries. A lo largo de casi dos decenios los
científicos estudiaron el parecido (la correlación estadística) en competencia
verbal y en competencia espacial de unos niños con sus padres. Eligieron tres
grupos: niños con sus padres biológicos, niños adoptados con sus padres
biológicos y niños adoptados con sus padres adoptados. Los resultados numéricos
muestran que los niños adoptados se asemejan a sus padres biológicos lo mismo
que los niños educados por sus padres biológicos; sin embargo, los niños
adoptados no acaban pareciéndose a sus padres adoptivos. ¿Qué conclusión deduce
el lector sin prejuicios de estos datos?
¿Alguna
duda? Otro estudio examinó el parecido (las correlaciones estadísticas) en
competencia verbal y espacial a lo largo de toda la vida, entre gemelos
idénticos (idénticos genes, idéntico ambiente) y entre gemelos no idénticos
(genes diferentes, idénticos ambientes); el parecido en competencia verbal para
los primeros oscila entre el setenta y el ochenta por ciento, para los segundos
entre el veinte y el cincuenta.
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