sábado, 27 de julio de 2013

La explosión del Cámbrico


La datación de las rocas y el estudio de los fósiles encontrados en unos estratos depositados hace quinientos treinta millones de años, en el período Cámbrico, sorprendió a la comunidad científica. ¿Por qué? Habían descubierto que toda la biosfera moderna nació en un breve lapso de tiempo: unos cinco millones de años. Apenas se conservan unas insignificantes conchas de toda la biosfera anterior; sin embargo, después de unos pocos millones de años habían aparecido representantes de todo el reino animal: esponjas, celentéreos (corales), gusanos, moluscos, artrópodos (antepasados de los insectos y crustáceos), equinodermos, hasta un antecesor de los vertebrados; en total veinticinco planes anatómicos diferentes. En los más de quinientos millones de años venideros la biosfera no aportará un diseño nuevo, no hará más que retocar lo inventado.

El acontecimiento ha merecido el apelativo de Big-Bang de la evolución por lo repentino, y, por lo inexplicable ha ganado la reputación de constituir la mayor paradoja de la evolución. En el pasado, los biólogos, con Darwin a la cabeza, consideraron que el salto no era real, que se debía a que faltaban fósiles. Sin embargo, el aumento del registro fósil ha verificado la brusquedad del tránsito. Las preguntas que se plantean los paleontólogos son apasionantes. ¿Había algo diferente en el Cámbrico? ¿Pudo deberse la aceleración evolutiva a alguna alteración súbita en el ambiente? Varias pistas apuntan a los sospechosos; y el cambio climático es una de las hipótesis más convincentes. Más interrogantes. ¿Dónde están los antecesores de esa fauna? ¿Por qué no hay diseños nuevos desde entonces? ¿Por qué se extinguió la mayoría de los diseños? Sobre alguna de estas cuestiones vuela la idea del profesor Gould. “Si nos enfrentamos sin prejuicios a la fauna del Cámbrico Inicial, hemos de admitir que no tenemos evidencia alguna de que los perdedores fueran sistemáticamente inferiores en diseño adaptativo a los que sobrevivieron.” Simplemente, tuvieron mala suerte; el omnipresente azar otea sobre la historia de la vida, una vez más.

El espabilado lector habrá comprobado que ignoramos muchas respuestas, pero lo que está fuera de discusión es que, a partir de ese momento, la vida tuvo sobrada materia prima para sus experimentos. Si las bacterias eran eficacísimas máquinas químicas, las células animales constituían admirables máquinas morfogenéticas cuyos descendientes, en sólo trescientos millones de años, habían colonizado los continentes y la atmósfera; con todo, la biosfera nunca volverá a disfrutar de tanta diversidad anatómica como la que tuvo durante ese excepcional período. 

1 comentario:

C. Armesto dijo...

Estimado amigo

Existen varias hipótesis, ninguna concluyente, para explicar la causa de la explosión cámbrica. Sólo te menciono algunas: la aparición de la predación, el aumento de la concentración de oxígeno, cambios climáticos extremos.

Saludos cordiales