sábado, 3 de marzo de 2012

Triclosán. Lectura no apta para aprensivos

   El escritor sabe que las peligrosísimas dioxinas aparecen en las combustiones a baja temperatura de los plásticos y son indeseados residuos de la industria química. Una docena, de los varios cientos de estos compuestos policlorados, están entre las sustancias más toxicas que se conocen: pocas millonésimas de gramo de la más letal, la TCDD, pueden matar a una rata, y otra de ellas es un componente del agente naranja, la mortífera arma química utilizada por Estados Unidos durante la guerra del Vietnam. Las dioxinas son compuestos poco biodegradables, que van acumulándose en los suelos, en los vegetales y en los animales, pueden penetrar en la cadena alimentaria y se encuentran en muchos lugares (a bajas concentraciones). No provocan efectos inmediatos en las personas expuestas a dosis muy bajas -de mil millonésimas o billonésimas de gramo por cada kilogramo-; pero preocupa a los médicos el efecto que pueden causar a largo plazo; porque en experimentos efectuados con animales han comprobado que dosis no mortales producen cáncer, defectos de nacimiento, reducción en la fertilidad y fallos del sistema inmunológico.

   Leía, con creciente preocupación, sobre el tema cuando tropecé con un producto de consumo diario que puede reaccionar con la luz, convirtiéndose en dioxina. El triclosán, que así se llama la sustancia, está presente en la mayoría de las pastas dentífricas, en desodorantes y en muchos productos cosméticos y jabones; cepillos de dientes, ropas, juguetes, lustradores para el piso, productos textiles, pinturas para paredes y un número creciente de productos contienen esta ubicua sustancia. ¿Ventajas? Es un potente agente desinfectante, bactericida y fungicida. No es poco.

   Desgraciadamente también presenta inconvenientes. Los expertos de la Agencia de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) se han alertado tan pronto notaron los efectos adversos que causa el triclosán en los animales. Un equipo de investigadores, encabezado por Nik Veldhoen, halló que el triclosán (a dosis bajas) actúa como un disruptor endocrino (altera el metabolismo de las hormonas tiroideas) en unas ranas; éste y otros experimentos han levantado sospechas fundadas de que pudiera tener el mismo efecto en los humanos. Tampoco está descartada la posibilidad de que desencadene resistencia de las bacterias a los antibióticos. En cualquier caso, reconocen que se requieren más estudios para determinar la magnitud del impacto de triclosán en la salud humana. A pesar de todo, se sigue usando un producto… cuya toxicidad no está descartada. Ignoro que pensará el escéptico lector, pero el escritor queda estupefacto.

1 comentario:

C. Armesto dijo...

Estimado amigo:

Muchos jabones y dentífricos tienen triclosán, ahora bien y según la FDA (Estados Unidos): mientras que existen pruebas del efecto anti-gingivitis del triclosán, no hay pruebas de que lavarse las manos con un jabón que contenga triclosán sea mejor que lavarse las manos con uno que no lo contenga.

Saludos