Hermosísimas
muchachas de larga cabellera y belleza turbadora que habitan en los árboles
(Dríades), en los ríos (Náyades) o en los mares (Nereidas); la mayoría
bondadosas, bailan y cantan la mayor parte del tiempo; viven durante siglos sin
que el paso del tiempo afecte a su belleza, pero no son inmortales. Las ninfas
están muy unidas a la naturaleza: si habitan en un árbol su habla parecerá el
sonido del viento, si en el mar moran se confundirán con el sonido de las olas.
Cada vez que Iris tiene que transportar un mensaje de los dioses a un mortal
enciende un Arco en el cielo y cruza por el hasta encontrar a su destinatario.
Las ninfas y los otros seres mitológicos son bellas ficciones poéticas que –mal
que nos pese- no existen.
La ciencia comenzó su
andadura en Grecia cuando los primeros sabios abandonaron los mitos y se
plantearon una explicación racional del mundo. Nosotros continuamos el camino
por ellos iniciado ¿Existe una explicación racional para los gigantes, grifos,
centauros, cíclopes y otras criaturas fabulosas, o sólo se trata de productos
de la imaginación popular? La última glaciación terminó hace unos once mil años; en este momento, la fauna
de mamíferos terrestres grandes sufrió cambios importantes; en África y Asia las
pérdidas fueron leves, pero en América se extinguieron entre el setenta y
ochenta por ciento de las especies; las pérdidas no fueron tan graves en Europa:
algunos animales, como el mamut, el rinoceronte lanudo o el ciervo gigante, se
extinguieron, pero otros, como el caballo, el hipopótamo, el buey almizclero,
la hiena o el antílope saiga, sólo vieron su distribución restringida a otras
partes del mundo. Ya tenemos una primera explicación: los gigantes podrían
deberse a una interpretación errónea de los huesos de grandes mamíferos, abundantes
antaño en la cuenca mediterránea, extinguidos hogaño.
Un águila gigante,
con plumas doradas, afilado pico y poderosas garras constituye la parte
superior del grifo, otra criatura mitológica, cuya parte inferior la forma un
león de pelaje amarillo, musculosas patas y cola. Los orígenes de la leyenda
del grifo, guardián del oro, podrían hallarse en los buscadores del dorado
metal. Estos aventureros hallaron numerosos fósiles de dinosaurios en los
desiertos de Asia central. Los esqueletos de los dinosaurios pertenecientes a
la familia Ceratopsidae, de boca en forma de pico, amplios huesos, cola larga y
patas con pezuñas de varios dedos pueden haberse convertido, a falta de un
referente real, en las criaturas mitológicas.
1 comentario:
Estimado amigo
En China abundan los mitos de los dragones. Conjeturo que los chinos prehistóricos pudieron haber encontrado los esqueletos de dinosaurios de cuello largo e imaginado esa criatura mítica.
Saludos de Epi
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