sábado, 23 de abril de 2011

Oxitocina: sentimental molécula


Algunos lectores sabrán que la oxitocina es la hormona que se encarga de acelerar las contracciones uterinas de una madre durante el parto; sin embargo, ignorarán que también interviene en otras circunstancias.

La confianza es indispensable en la familia y la amistad, pero también en las transacciones mercantiles y en la organización de las sociedades. Amigo lector, cada día confías en desconocidos: en tu vendedor de bebidas (que no te envenene) o en el conductor que te transporta. Los humanos sobre todo quienes viven en las ciudades están mucho tiempo con extraños, ¿por qué evitamos a unos y nos sentimos seguros con otros? Para medir la confianza, Paul Zak utilizó un juego en el que los participantes invierten dinero; intervinieron dos grupos de estudiantes, uno olió oxitocina, el otro un placebo. Los investigadores hallaron que los participantes del primer grupo invirtieron más que los del segundo: la oxitocina había aumentado la tendencia a confiar en extraños. Entender estas relaciones presenta un interés indudable: cantidades bajas de oxitocina son útiles para que una persona sea prudente; también lo son las cantidades altas, para permitir que un individuo perdone y olvide, mantenga relaciones sociales y bienestar mental. ¿Aprecia el lector ingenuo las consecuencias perversas? Pregúntese qué sucedería si los timadores, los comerciantes desaprensivos o los políticos sin escrúpulos poseyeran aspersores de esta singular hormona.

La oxitocina también interviene en la vinculación (interprétese como sinónimo de amor o afecto) entre individuos: no sólo entre la madre y su hijo, sino también entre cónyuges y amigos. Fijémonos en dos especies fisiológicamente casi idénticas con comportamientos opuestos: mientras el ratón de campo conserva su pareja la mayor parte de su vida, el ratón de montaña se aparea con hembras diferentes; los biólogos hallaron que aquéllos tienen más receptores de oxitocina que éstos.

Sabemos que las heridas de los hámsters que viven en grupo sanan antes que las de los individuos aislados, también que las personas con mascotas se recuperan más rápidamente de sus heridas, los casados viven más tiempo que los solteros, y que el adicto se recupera más eficazmente en una comunidad que solitario. ¿Se deberá a que fabrican mayores cantidades de oxitocina? Después de todo, esta peculiar sustancia disminuye la cantidad de hormonas de la corteza de las glándulas suprarrenales inductoras de estrés.

Añadiré, por último, que la oxitocina aumenta la libido; por razones obvias recomiendo al lector hedonista que, cuando esté ocupado en tales menesteres, no se distraiga pensando en esta amorosa molécula.

1 comentario:

C. Armesto dijo...

Estimado amigo

Cierto, es verdad que muchas, sino todas las habitualmente llamadas drogas se parecen a alguno de los neurotransmisores del cerebro; en el caso que nos ocupa parece haber alguna relación entre el alcohol y la oxitocina. Según una investigación de Ian Mitchell, algunos efectos de ambas son comunes, aunque oxitocina y alcohol se dirigen a diferentes receptores en el cerebro: el consumo frecuente de uno (algunas copas de más) o de la otra (inhalándola por la nariz mediante un aspersor) provoca agresividad y desinhibición.

Saludos
Epi