sábado, 22 de enero de 2011

Juegos estivales en sedimentos


Lúdico lector ¿alguna vez has ido a la playa a jugar con la arena? La próxima vez que lo hagas recuerda que, dentro de unos cuantos cientos de millones de años, esa arena que pisas probablemente se habrá convertido en una roca sedimentaria. La arena, con la que tal vez construiste un castillo, está constituida por milimétricos pedacitos de rocas que los geólogos llaman sedimentos; sedimentos que también pueden estar hechos con barro, piedras o polvo; y se tarda mucho tiempo, millones de años, pero si los sedimentos se pegan entre sí, formarán una roca, concretamente una sedimentaria, que el naturalista aficionado notará habitualmente dispuesta en capas. No, no todas las rocas sedimentarias se forman con los fragmentos de otras rocas, también las hay que lo hacen con sedimentos especiales: depósitos formados por sales disueltas previamente en el agua de mar, o mineralización de restos y esqueletos de seres vivos ya desaparecidos; y no debemos olvidar que los geólogos consideran rocas sedimentarias a las arcillas y al carbón.

El lector astuto ya habrá deducido que estamos tratando con materias primas abundantemente usadas: los carbones, como combustible; la arcilla para la obtención de ladrillos, tejas, baldosas, azulejos o loza; la caliza, para hacer cemento; del yeso sobra comentario; los áridos (gravas y arenas) se emplean en la construcción; la arena para la fabricación de vidrios; y, por último, señalo las formaciones bandeadas de hierro, unos yacimientos que constituyen la mena principal para la obtención del metal.

No sólo aprecio a las rocas sedimentarias por su utilidad, o porque cubren más de las tres cuartas partes de la superficie del planeta, o porque no las desmerece el pequeño volumen que ocupan cuando se las compara con las otras rocas; pues las ígneas y, en menor cantidad, las metamórficas, constituyen la mayor parte de la corteza terrestre. Me gustan porque, algunas veces, los fósiles quedan preservados en ellas y los restos petrificados de seres vivos nos muestran cómo eran los animales y plantas extintos: es más, podemos considerar estas rocas como registros de ambientes ya desaparecidos. Amigo lector, si nunca descubriste un fósil cuando paseabas feliz por una senda de montaña y te paraste emocionado a verlo, a tocarlo, a trasladarte con la imaginación al remoto pasado… ¡no sabes lo que te pierdes!

3 comentarios:

C. Armesto dijo...

Estimada amiga

Depende de la clase de rocas que existan en los lugares por donde pasees pues encontrar o no fósiles; no los hallarás si las rocas son volcánicas (basaltos) o plutónicas (granitos). Yo los he hallado en Picos de Europa (calizas), en Pirineos (calizas) y en la zona del nacimiento del Sil, afluente del Miño (pizarras), sin buscarlos apenas.

Saludos cordiales
Epi

C. Armesto dijo...

Estimado amigo

El ámbar es una resina (por tanto, una sustancia vegetal) fósil; como es lógico, dependiendo del vegetal original su composición será diferente.

Saludos

C. Armesto dijo...

Estimado amigo

La tierra de diatomeas (diatomita) también se considera una roca sedimentaria que está formada por los restos de las paredes celulares de las algas diatomeas; restos de sílice que podemos considerar como microfósiles.

Sí, la puedes comprar.

Saludos