sábado, 25 de diciembre de 2010

Los ojos secos del Guadiana


El libro evocaba un mundo que moría asfixiado por el poder romano; las huestes de Viriato atravesaban el río Ana, nuestro Guadiana. Quise saber más de este singular río al que deseo un destino mejor que el del caudillo ibérico.

Varios ríos y aguas subterráneas confluyen en las Lagunas de Ruidera; lagunas que desaguan a través de un cauce que, desapareciendo de la vista, se filtra hacia el acuífero veintitrés. A quince kilómetros de distancia se hallan los Ojos del Guadiana, unos manantiales (aliviaderos del acuífero) secos desde el 1985; ahí tradicionalmente residía la cabecera del Guadiana, ahora nace más abajo; desde ese lugar el río fluye por la llanura manchega, recorre setecientos cuarenta y cuatro kilómetros, y desemboca en el océano Atlántico, en el golfo de Cádiz, formando un gran estuario.

La llanura manchega se comporta como una gran cazuela en la que desaparecen los ríos que llegan a ella, porque su agua se aloja en los huecos y poros de las rocas subterráneas: el acuífero veintitrés, un inmenso depósito subterráneo de agua, se localiza íntegramente en la cuenca del Guadiana, y ocupa una superficie de cinco mil kilómetros cuadrados. La cantidad de agua del acuífero depende de las entradas y salidas: se carga con la infiltración de la lluvia, de los ríos y de otros acuíferos; y se descarga por los Ojos del Guadiana y otros manantiales. El volumen de agua almacenada no experimentaba variación, hasta que los agricultores contemporáneos alteraron el equilibrio natural: extrajeron agua hasta que, en la década de los ochenta, los Ojos se secaron; y, en febrero de 1987, la Junta de Gobierno de la Confederación Hidrográfica del Guadiana declaró que el acuífero veintitrés estaba sobreexplotado.

El acuífero veintitrés, que otrora servía para satisfacer las necesidades agrícolas y urbanas de la Mancha, ahora presenta un déficit de tres mil hectómetros cúbicos y tiene el nivel del agua a una profundidad aproximada de treinta metros. Su sobreexplotación ha puesto en peligro los humedales que siempre existieron en esta región; sólo diré que en el trienio 2006-09, se han inundado, sucesivamente, treinta y cinco, veintiséis y quince hectáreas de las mil setecientas cincuenta inundables de las Tablas de Daimiel. Poco más puedo añadir; que el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, en la cuenca del Guadiana, se alimenta casi totalmente con agua del Tajo; y que algunos biólogos califican lo que ocurre en la cuenca alta del Guadiana como el más grave desastre hidrológico, en aguas dulces, de Europa Occidental.

3 comentarios:

C. Armesto dijo...

Estimado amigo

El título del libro era "Viriato", su autor Joao Aguiar.

Cordiales saludos
Epi

C. Armesto dijo...

Estimado amigo

Las Tablas de Daimiel, Doñana, Delta del Ebro, Laguna de Fuente de Piedra y Laguna de Gallocanta son los cinco mejores humedales de España.

Cordiales saludos de Epi

C. Armesto dijo...

Estimado amigo

El acuífero 23 abarca una superficie de cinco mil quinientos kilómetros cuadrados (aproximadamente el uno por ciento del territorio español) de las provincias de Ciudad Real, Albacete y Cuenca.

Saludos cordiales

Epi