sábado, 16 de octubre de 2010

Gödel, un matemático genial

Un erudito comentó una vez, de una manera más o menos jocosa, que una tercera parte de los esfuerzos de los físicos se invierten en elaborar teorías, otra tercera parte en confirmarlas y el tercio restante en tratar de derruirlas. Si la historia de la física consiste en un continuo proponer modelos para después desecharlos, entonces -añado yo- no es más que una perpetua historia de desengaños. Por otro lado, si los científicos consideran sus conocimientos como meros modelos explicativos de la naturaleza, renuncian a saber lo que sucede en la realidad; cuanto más eficaz resulte el modelo para hacer predicciones, más lo valoramos, aunque no sabemos si realmente los hechos suceden como son representados; el modelo funciona, al menos hasta que se encuentre otro mejor, pero es innecesario creerlo ajustado a la realidad. Tal metodología genera una actitud relativista, cuando no decididamente escéptica, entre los estudiantes y profanos.

Las elucubraciones anteriores me condujeron a indagar siquiera someramente sobre unos trabajos que revolucionaron las matemáticas en la primera mitad del siglo XX. Kurt Gödel, un genio alemán, buen amigo de Einstein y uno de los mejores lógicos de la historia, demostró dos teoremas cuyos enunciados, simplificando un poco, dicen lo siguiente: el primero: en cualquier formalización matemática (para que no proteste el experto lector debo añadir que no contenga contradicciones y sea capaz de contener a los números naturales) se puede hacer una afirmación que ni se puede demostrar ni refutar; y el segundo: un sistema lógico (que reúna las mismas condiciones anteriores) no puede demostrarse que lo sea sin salirse de él. Resumiendo, las matemáticas son un gigante cuyos pies -quiero decir, fundamentos- ni siquiera están hechos de barro, sencillamente, no existen. Y esta pesimista conclusión me sugiere una pregunta: ¿podremos resolver, ahora o en el futuro, todos los problemas físicos? Si el universo fuese equivalente a un espacio matemático ideal, los teoremas de Gödel aseguran que siempre habría cuestiones cósmicas irresolubles. ¿Qué opinaba su autor? El genial matemático creía (así se lo comentó a Marvin Minsky) que los seres humanos tenemos un modo intuitivo de llegar a la verdad, además de la manera computacional, y que, por lo tanto, sus teoremas no limitan lo que podemos saber como cierto. ¡Menos mal! Confío en que el perplejo lector, como yo, respire aliviado.

3 comentarios:

C. Armesto dijo...

Estimando amigo

Sin duda Gödel fue unos de los más importantes lógicos y matemáticos de la historia, pero también hizo algunas aportaciones a la física; halló una solución de las ecuaciones de la relatividad general de Einstein (universo de Gödel), que no describen nuestro universo.

Saludos

C. Armesto dijo...

Estimado amigo

Sobre la fealdad o belleza de las matemáticas no te voy a contestar con las palabras de un científico, ni con las de un matemáticos, sino con las que escribió el poeta portugués, Fernando Pessoa:

"O binómio de Newton é tão belo como a Vénus de Milo.
O que há é pouca gente para dar por isso".

Ningún experto podría decirlo mejor.

Saludos

C. Armesto dijo...

Estimado amigo

1º No estoy seguro que las matemáticas o las humanidades (también llamadas ciencias humanas o sociales) sean ciencias, entendiendo por ciencia lo que los expertos en ciencias naturales entienden por ciencia; es más me inclino a pensar que no lo son.

2º Para calificar de ciencia un saber tendría que basarse en la observación y experimentación para crear conocimientos; conocimientos que pueden sistematizarse con las matemáticas; conocimientos con los que puedan hacerse predicciones y ser falsables. Por eso entiendo que no podemos incluir las matemáticas en el campo de la ciencia.

3º Todo depende cuanto restrinjamos o ampliemos el concepto de ciencia. En sentido laxo cabrían las ciencias sociales, las ciencias naturales y las matemáticas; en sentido restringido, que entiendo es el acertado, sólo cabrían las ciencias naturales.

Saludos